domingo, 21 de agosto de 2011

Por este tipo de cosas es que desprecio a Paulo Coelho

Paulo Coelho, el vendedor de autor-ayuda y finales felices latinoamericano por excelencia tiene un nuevo libro: Aleph.

Como si no hubiera escrito suficientes ríos de tinta explotando todos y cada uno de los temores más recónditos que se hallan en la mente humana, vendiendo sus pócimas de ficción como si fueran parábolas para vivir una buena vida, El Tiempo le otorgó un espacio para que se explayara en más sandeces y sinsentidos, para promocionar su nueva obra:

Esta pregunta está en nuestra mente desde el comienzo de la civilización: ¿Termina la vida con la muerte? ¿Pasamos a otro plano? ¿Volvemos de nuevo al planeta Tierra? En mi nuevo libro, El Aleph, describo mi experiencia personal con respecto a un asunto muy delicado: la reencarnación. En primer lugar, debemos dejar a un lado la idea de que el tiempo puede ser medido: no puede.

¡¡La primera frase absolutista de Paulo Coelho y resulta ser una completa boludez que se saca de las narices!!

Por lo menos tiene la decencia de reconocer que su negocio no se diferencia mucho del de algunos líderes religiosos, explotando los temores de sus congéneres:

Como nada tiene un comienzo ni un final -la eternidad es el presente-, estoy viviendo todo lo que pasó y todo lo que ocurrirá. Eso nos da miedo.

Y claro. ¡Su nuevo libro traerá la receta para cambiar esto!

Esto es un antiabrebocas de lo que se viene:

Nada comenzó con el nacimiento y no terminará con la muerte. Tal vez se pregunten: ¿dónde están aquellos que partieron? Nunca, absolutamente nunca, perdemos a nuestros seres queridos.

Ellos nos acompañan porque no están muertos. Imaginemos un tren: yo no puedo ver lo que hay en el vagón que va delante de mí, pero ahí hay gente viajando en el mismo tiempo y en el mismo espacio que yo, que ustedes, que todo el mundo. El hecho de que no podamos hablar con ellos, saber lo que está ocurriendo en el otro vagón, es absolutamente irrelevante; ellos están ahí. Así, aquello que llamamos "vida" es un tren con muchos vagones. A veces estamos en uno, a veces estamos en otro.

A veces cruzamos de uno a otro: cuando soñamos, o cuando nos dejamos llevar por lo extraordinario. Es evidente que todo eso pertenece al terreno del misterio. ¿Pero cuántas veces ya experimentamos esa sensación conocida como déjà vu? Por una fracción de segundo (que procuramos olvidar rápido, porque no combina con nuestra lógica convencional), tenemos la certeza de que ya pasamos por aquel lugar, situación o sentimiento.

Viajamos en el tiempo todas las noches. Lo hacemos de manera inconsciente, cuando soñamos: vamos a nuestro pasado reciente o remoto. Despertamos pensando que vivimos verdaderos absurdos durante el sueño; no es así. Estuvimos en otra dimensión, en otras vidas que estamos experimentando simultáneamente, pero donde las cosas no suceden exactamente como aquí. ¿Cuántas vidas vivimos ya? En realidad, la pregunta es distinta: ¿cuántas vidas estamos viviendo ahora? Nos toca responder a cada uno de nosotros.

¿Viajes en el tiempo? ¿Reencarnaciones? ¿Desdoblamientos? ¿La esperanza de siempre estar con nuestros seres queridos (y a todas estas, ¿nos deshacemos de nuestros seres despreciados? Porque hay cierto autor sin el cual, mi próxima vida sería infinitamente mejor)? ¿La inmanencia de la vida? ¿Viajes en el tiempo? ¿Lógica convencional (y ¿cómo funciona la lógica no convencional?)?

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