Esta semana, el obispo Declan Lang, presidente del Departamento de Conferencia Episcopal para Asuntos Internacionales, le pidió a sus correligionarios que defiendan a los ateos perseguidos:
Confrontados con estas injusticias no debemos ser espectadores. Por otra parte, debemos reconocer que la opresión de los ateos no sólo viola los derechos humanos de las personas como [el poeta palestino Ashraf] Fayyad, [el ateo indonesio] Alexander [Aan], Alber [Saber] y Karim [Ashraf Mohamed al-Banna], sino que representa una degradación del principio fundamental de que las personas deben ser libres para sostener sus propias creencias sin temor por su vida o su libertad. La historia ha demostrado una y otra vez que cuando un grupo minoritario es oprimido con impunidad, otros pronto se enfrentan al mismo destino.
Es alentador que el gobierno del Reino Unido ha hecho un compromiso de "defender la libertad de las personas de todas las religiones —y de los no religiosos— para que practiquen sus creencias en paz y seguridad". Cuando los parlamentarios católicos Margaret Ritchie y John McNally hablaron en el Parlamento tras la muerte de Faisal Abedin Deepan, el ministro de Relaciones Exteriores Hugo Swire se unió a la condena y exigió al gobierno de Bangladesh que proteja la libertad de expresión.
La comunidad católica en Inglaterra y Gales tiene un papel que desempeñar para asegurar que el gobierno mantenga esta posición y siga criticando cuando las personas sean encarceladas, torturadas o asesinadas debido a su ateísmo. Hacerlo no sólo será una expresión práctica de solidaridad con los que sufren la persecución más atroz, sino que también fomenta la libertad de religión o de creencias como un derecho universal que beneficia a todos.
Su solicitud es más que bienvenida; de hecho, es algo que con frecuencia hace mucha falta, pues los creyentes suelen ignorar las persecuciones cometidas contra alguien que no tiene sus mismas creencias. Tiene mérito que Lang le pida a sus correligionarios que hagan lo correcto.
A mí me queda la inquietud de que este apoyo se vaya a materializar porque no puedo evitar pensar que las palabras de Lang caerán en oídos sordos. Si no es así, sería bueno saber cómo se daría esa defensa: ¿veremos masas de personas tomando las calles así como hacen los católicos para defender puñados de células que eufemísticamente llaman 'personas'?
Por otra parte, lo que Lang propone no es nada nuevo — se llama laicismo, existe hace 200 años y su conclusión lógica es que el Estado no tiene por qué entrometerse en las vidas privadas de los ciudadanos, promover ninguna creencia religiosa, ni condenar a nadie por sus creencias o la ausencia de las mismas... una postura ilustrada contra la cual su Iglesia lucha a brazo partido en todo el mundo.
No deja de ser llamativo que Lang abrace el laicismo cuando se trata de persecuciones en países islámicos (y, reitero, eso está bien), pero su línea de pensamiento tenga una solución de continuidad cuando se examina el privilegio religioso de la Iglesia y cómo esta infecta las políticas públicas de muchos países en temas como aborto, eutanasia, investigación con células madre y anticonceptivos.
(vía Friendly Atheist | imagen: Clifton Diocese)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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