Para mí resulta un tanto contradictorio que haya científicos que piden la censura. Esta, generalmente ha venido de la mano de represivos respaldos a las religiones, lo que en muchos casos se ha traducido en el cese de investigaciones.
Ahora, sin embargo, un grupo de científicos está pidiendo más censura a las películas:
Yo sigo sin entender por qué hay que ocultarle a los niños cómo se reproduce la vida.
No he terminado de descifrar eso de que "los niños no vean ni sepan qué es el sexo ni cómo vinieron al mundo" y ahora aparece este grupo de científicos pidiendo que tampoco sepan que existe gente a la que le gustan los palitos de cáncer.
¡Qué cómodos!
¿Por qué no de paso también le evitamos a los papás criar a sus propios hijos?
Si los niños no están desarrollando las capacidades críticas para poder decidir si quieren o no seguir los modelos de la industria audiovisual, lo que hay es un problema del sistema educativo y de crianza. Además, yo he probado el cigarrillo y fue porque quería saber a qué sabía, por curiosidad. Igual lo habría hecho, así hubiera estado encerrado toda mi vida en una habitación y privado de cualquier película y programa de televisión hasta justo antes el momento en que me dieran la opción de probarlo.
¡Y qué bien!
Ojalá cada vez más personas lo prueben y decidan si les gusta o no a partir de esa experiencia en vez de privarse de la nicotina, para siempre, sólo porque los demás lo dicen. Hay que empezar a permitir que las personas tomen sus propias decisiones y eso implica, que a veces, deben tener experiencias de primera mano.
Esto refleja un problema en la facultad de recepción crítica. No se puede partir del supuesto -falso- de que todos son manipulables, igual de manipulables y a con el mismo mensaje. Afirmaciones de ese tipo apestan a funcionalismo...
Esto es estúpido. Para entonces, ya todos lo habrán probado. ¿Qué persona, a sus 18 años no ha probado el cigarrillo? Es que ni siquiera el virgen a los 40...
Creo que ya sé de dónde viene el problema en las facultades críticas: de este tipo de gente, políticamente correcta, que trata a los menores de edad como si fueran retrasados mentales y no permite que tengan un poquito de mundo, que quiere encerrarlos en una burbuja utópica -¡sin sexo?- que se lava las manos de su responsabilidad ante la necesidad de educar a los menores y prefieren señalar a los cineastas irresponsables (¿irresponsables? ¿no están pagando por la manutención de sus hijos? ¿fuman en las gasolineras? ¿incumplen con las fechas de entrega?... Exactamente ¿cuál es esa responsabilidad de los cineastas?), los reguladores incompetentes y políticos despreocupados (Ohh, disculpen, qué pena. "Lamentamos estar viendo a ver cómo resolvemos el asunto del Medio Oriente, cómo reducimos la inflación y el desempleo, sumamos políticas contra la corrupción, en vez de estarnos metiendo en los calzoncillos de sus hijos y en su acceso a la cultura para decirles cómo tienen que vivir sus vidas y prohibirles que lo hagan de otra manera").
Por cierto, nunca está de más recomendar la película Gracias por Fumar.
Ahora, sin embargo, un grupo de científicos está pidiendo más censura a las películas:
Una investigación revela que fumar en las películas sigue siendo una enorme y persistente influencia para los niños y jóvenes.
Los científicos de la Escuela de Ciencias Orales y Dentales de la Universidad de Bristol, Inglaterra, están pidiendo clasificar a estas cintas en la misma categoría restrictiva que se aplica a aquéllas que muestran escenas de sexo o violencia.
Yo sigo sin entender por qué hay que ocultarle a los niños cómo se reproduce la vida.
No he terminado de descifrar eso de que "los niños no vean ni sepan qué es el sexo ni cómo vinieron al mundo" y ahora aparece este grupo de científicos pidiendo que tampoco sepan que existe gente a la que le gustan los palitos de cáncer.
Los investigadores, que publican sus resultados en la revista Thorax, entrevistaron a 5.000 jóvenes de 15 años.
Las entrevistas estaban diseñadas para analizar la influencia potencial de algunas de las 360 películas estadounidenses más taquilleras que fueron estrenadas entre 2001 y 2005, incluidas Spider-Man, Bridget Jones y The Matrix, todas las cuales presentan a actores fumando.
Los resultados revelaron que los adolescentes que vieron la mayoría de estas películas que mostraban gente fumando mostraron 73% más probabilidades de haber probado un cigarrillo que aquellos que recibieron menos exposición en el cine.
¡Qué cómodos!
¿Por qué no de paso también le evitamos a los papás criar a sus propios hijos?
Si los niños no están desarrollando las capacidades críticas para poder decidir si quieren o no seguir los modelos de la industria audiovisual, lo que hay es un problema del sistema educativo y de crianza. Además, yo he probado el cigarrillo y fue porque quería saber a qué sabía, por curiosidad. Igual lo habría hecho, así hubiera estado encerrado toda mi vida en una habitación y privado de cualquier película y programa de televisión hasta justo antes el momento en que me dieran la opción de probarlo.
Como se sabe que el tabaquismo de una persona está influenciado por factores como los hábitos de fumar de los padres y amigos, los investigadores también estudiaron los antecedentes sociales de los adolescentes.
E incluso tomando en cuenta estas variables, los participantes tenían 32% más probabilidad de haber probado un cigarrillo, revela el estudio.
¡Y qué bien!
Ojalá cada vez más personas lo prueben y decidan si les gusta o no a partir de esa experiencia en vez de privarse de la nicotina, para siempre, sólo porque los demás lo dicen. Hay que empezar a permitir que las personas tomen sus propias decisiones y eso implica, que a veces, deben tener experiencias de primera mano.
"Vimos una relación lineal entre los adolescentes fumadores y el número de películas que habían visto que mostraban actores fumando" dice la doctora Andrea Waylen, quien dirigió el estudio.
Esto refleja un problema en la facultad de recepción crítica. No se puede partir del supuesto -falso- de que todos son manipulables, igual de manipulables y a con el mismo mensaje. Afirmaciones de ese tipo apestan a funcionalismo...
"Más de la mitad de las películas presentadas en el Reino Unido que mostraban actores fumando estaban clasificadas como UK15 (15 años o menores), así que los niños y adolescentes claramente se ven expuestos a ello".
La investigadora afirma que es necesario elevar esta clasificación a UK18 (mayores de 18 años), la misma clasificación para películas que muestran escenas de sexo y violencia, porque con esto se reducirán las tasas de tabaquismo entre los jóvenes.
Esto es estúpido. Para entonces, ya todos lo habrán probado. ¿Qué persona, a sus 18 años no ha probado el cigarrillo? Es que ni siquiera el virgen a los 40...
Los autores no están convencidos y afirman que "fumar en las películas sigue siendo una influencia enorme y persistente entre los niños y adolescentes, la cual, debido a las acciones de cineastas irresponsables, reguladores incompetentes y políticos despreocupados, lamentablemente no se ha logrado controlar".
Creo que ya sé de dónde viene el problema en las facultades críticas: de este tipo de gente, políticamente correcta, que trata a los menores de edad como si fueran retrasados mentales y no permite que tengan un poquito de mundo, que quiere encerrarlos en una burbuja utópica -¡sin sexo?- que se lava las manos de su responsabilidad ante la necesidad de educar a los menores y prefieren señalar a los cineastas irresponsables (¿irresponsables? ¿no están pagando por la manutención de sus hijos? ¿fuman en las gasolineras? ¿incumplen con las fechas de entrega?... Exactamente ¿cuál es esa responsabilidad de los cineastas?), los reguladores incompetentes y políticos despreocupados (Ohh, disculpen, qué pena. "Lamentamos estar viendo a ver cómo resolvemos el asunto del Medio Oriente, cómo reducimos la inflación y el desempleo, sumamos políticas contra la corrupción, en vez de estarnos metiendo en los calzoncillos de sus hijos y en su acceso a la cultura para decirles cómo tienen que vivir sus vidas y prohibirles que lo hagan de otra manera").
Por cierto, nunca está de más recomendar la película Gracias por Fumar.
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