sábado, 7 de enero de 2012

El Petroceso vial

Bogotá tiene el peor sistema de transporte que he visto. Desde hace muchos años, los perezosos alcaldes han preferido no ampliar las vías y han justificado esa actitud esparciendo la mentira de que el carro particular es un lujo (?) y siguiendo ese orden de ideas han promovido el más corrupto, inepto, ineficaz, costoso y desagradable sistema de transporte público que jamás se haya concebido: TransMilenio.

Ahora, el nuevo alcalde, Gustavo Petro, designó como director de TransMilenio a Carlos García Botero, que de sólo leer sus planes me hace temblar:

Frente al tema de futuras troncales en la ciudad García anunció que "Nuestra meta es poder dejar diseñada y posiblemente en operación la Troncal de la Avenida Boyacá que conectará Yomasa con la calle 170 y estará interconectada con la Autopista Norte. También dejar diseñada y posiblemente en construcción la Troncal de la Avenida 68".

Quizá la única vía mediana y decentemente transitable en toda la ciudad sea la Avenida Boyacá, entre la Avenida Suba y la calle 170. Su ancho es ideal (en algunos tramos cinco carriles norte-sur y cinco sur-norte) y es la prueba perfecta de que lo que hay que hacer es ampliar las vías y permitir que los ciudadanos tengan acceso al carro particular, en vez de promover ficticias y artificiales soluciones de un pésimo sistema de transporte público con miras a convertirse en monopolio.

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