sábado, 16 de junio de 2012

De cal y arena con el Pico y Placa

De todo lo que ha hecho Petro, su reducción del horario del Pico y Placa fue una decisión acertada. Y se vuelve mucho más acertada cuando el Alcalde insiste en que quiere desmontar completamente la medida.

En ese sentido, adquieren mucha relevancia las palabras de José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio del CID de la Universidad Nacional:

Según el experto, las medidas que regirán a partir de la primera semana de julio, tal como están, no tendrán ningún efecto sustancial en el mejoramiento de la movilidad. Asegura que el problema de fondo es la falta de vías, de transportes masivos y colectivos cómodos, modernos y eficaces, así como de autoridad y de cultura de conducción.

Eso es lo que yo he dicho. Y ahora viene la mala noticia.

Vamos para 15 años de tener impuesto el Pico y Placa como si fuera una medida final en vez de transitoria. En todo ese tiempo, la infraestructura vial ha sido ignorada por los burgomaestres de turno, que se han enfocado en darle prioridad a ese sistema de transporte público destinado al fracaso llamado TransMilenio.

Por lo que ahora la movilidad de la ciudad se verá retrasada, mínimo, por otros 10 años:

El profesor Rojas considera que, por lo pronto, los bogotanos tendrán que esperar casi una década más mientras llegan soluciones de gran formato como el metro y la implementación total del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá.

Y ese es otro problema - el dichoso SITP no es más que un eufemismo para el oligopolio que se formará alrededor del lucrativo negocio de ofrecer pésimas ofertas de transporte público, con los gastos cargados al erario.

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