miércoles, 23 de noviembre de 2011

Casi nadie tiene que temer en Afganistán

Esto va a alegrarle el día a los multiculturalistas. Resulta que a pesar de lo que digan, el malo, maloso, Occidente no ha podido imponer sus repugnantes antivalores en países arrasados por las tropas de las potencias, como por ejemplo Afganistán.

Los multi-culti se animarán al saber que en Afganistán la culpa de las violaciones la siguen teniendo las mujeres, como lo pone de manifiesto el caso de Gulnaz, quien fue violada por el esposo de su prima:

Tras el ataque, ella ocultó lo que pasó el tiempo que pudo. Pero pronto comenzó a vomitar por la mañana y a mostrar signos de embarazo. Era la hija de su atacante.

En Afganistán, esto no le trajo simpatía, sino un juicio. Con sólo 19 años, fue hallada culpable de sexo fuera del matrimonio -adulterio- y condenada a doce años de cárcel por los tribunales.

Ahora, en la cárcel Badam Bagh de Kabul, ella y su hija están cumpliendo su condena juntas.

Esto podría estar a punto de cambiar. ¡Pero no hay nada que temer! No es como si esa extraviada noción de igualdad formal entre los sexos hubiera conseguido llegar a Kabul. Por el contrario, sus sagradísimas y fundamentales tradiciones culturales siguen en pie:

La única manera de evitar la deshonra de la violación, o adulterio a los ojos de los afganos, es casarse con su agresor. Esto, en opinión de algunos, le dará a su hija una familia y restaurará su honor.

Aunque parezca increíble, esto es algo que Gulnaz está dispuesta a hacer.

"Me preguntaron si quería empezar una nueva vida siendo puesta en libertad, para casarme con este hombre", le dijo a CNN en una entrevista exclusiva. "Mi respuesta fue que un hombre me deshonró, y quiero quedarme con ese hombre".

Pueden respirar tranquilos, relativistas culturales. Es fácil concluir que el hombre no fue arrestado por sexo fuera del matrimonio -o adulterio-, como el atrevido Occidente habría formulado.

En Afganistán nadie tiene que temer, excepto, ustedes saben, aquella porción de la población que nace con vagina y senos... tal como manda la tradición.

(visto en The Richard Dawkins Foundation)

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