Odio el machismo y la misoginia y esa es una de las razones por las que tengo tanto problema con las religiones abrahánicas -y con otras como el lamaísmo-.
Pero resulta que este fenómeno tiene un mellizo, llamado hembrismo. Es lo mismo pero al revés: que las mujeres creen que por el hecho de serlo, todas las mujeres son automáticamente superiores y mejores que los hombres en todos y cada uno de los aspectos de la vida.
Pues no, se equivocan. Al respecto Natsufan tiene un artículo que suscribo totalmente. Y es curioso que ella esté casada con un economista pues precisamente el tema esta vez es sobre las palabras de la ministra francesa de economía, Christine Lagarde:
Eso es de un estúpido monumental. Hasta la fecha, esta señora me parecía bien informada y consciente del mundo de las finanzas y la economía y sus intervenciones en el documental Inside Job apuntaban a que estaba preparada. Pero afirmar que un resultado financiero y económico se debe -aunque sea en un mínimo grado- al nivel de testosterona o carencia de la misma en un organismo internacional o la suma de ellos es de lo más ridículo que ha podido decir alguien.
Qué bajo está cayendo esta señora para poder quedarse con el puesto de Dominique Strauss-Kahn. Sólo por ese comentario estúpido, discriminatorio y sin ningún tipo de respaldo científico, debería perder la nominación.
Lo que dijo es casi tan cuestionable como haber acusado al grupo que decide quien ocupa el máximo cargo del FMI de ser machistas.
Pero resulta que este fenómeno tiene un mellizo, llamado hembrismo. Es lo mismo pero al revés: que las mujeres creen que por el hecho de serlo, todas las mujeres son automáticamente superiores y mejores que los hombres en todos y cada uno de los aspectos de la vida.
Pues no, se equivocan. Al respecto Natsufan tiene un artículo que suscribo totalmente. Y es curioso que ella esté casada con un economista pues precisamente el tema esta vez es sobre las palabras de la ministra francesa de economía, Christine Lagarde:
Famosa por su discreta elegancia y su debilidad por los pañuelos de seda y los trajes Chanel, la madre de dos hijos divorciada de 55 años cree que "nunca debería de haber demasiada testosterona en la misma habitación".
"Si se les deja solos, los hombres tienden a crear líos", dijo en febrero pasado al diario británico The Independent.
En su opinión, el colapso financiero de 2008 fue fruto, en parte, del espíritu agresivo, avaricioso y alto en testosterona dominante en el mundo de las finanzas.
Eso es de un estúpido monumental. Hasta la fecha, esta señora me parecía bien informada y consciente del mundo de las finanzas y la economía y sus intervenciones en el documental Inside Job apuntaban a que estaba preparada. Pero afirmar que un resultado financiero y económico se debe -aunque sea en un mínimo grado- al nivel de testosterona o carencia de la misma en un organismo internacional o la suma de ellos es de lo más ridículo que ha podido decir alguien.
Qué bajo está cayendo esta señora para poder quedarse con el puesto de Dominique Strauss-Kahn. Sólo por ese comentario estúpido, discriminatorio y sin ningún tipo de respaldo científico, debería perder la nominación.
Lo que dijo es casi tan cuestionable como haber acusado al grupo que decide quien ocupa el máximo cargo del FMI de ser machistas.
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