martes, 10 de abril de 2012

La Conferencia Episcopal se opone a la legalización de las drogas

Por supuesto, eso ya se sabe. Todo lo que huela a libertad los espanta, les genera sarpullido.

De hecho las palabras de Rubén Salazar, presidente de la dichosa Conferencia, resultan bastante esclarecedoras:

El Episcopado señala que Estados Unidos "no es quien debe definir las políticas" en este tema.

El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar Gómez, dijo en entrevista con La FM, de RCN Radio, que la Iglesia está a favor de la despenalización de las drogas, pero no comparte la legalización de las mismas.

Primero, sí es un problema de ese país. Es un problema de todos, incluído EEUU. Creo que después de la prohibición, esta es la postura más estúpida que he conocido en el debate sobre las drogas. ¡Pretender que no le incumbe a EEUU!

Segundo, claro que se oponen a la legalización. Al fin y al cabo su negocio se trata de lo espiritual, del valle de lágrimas, de hacer de este mundo un infierno, un sufridero, de esparcir la desazón y la angustia, de repartir miseria a diestra y siniestra, para vender su falsa esperanza del cielo. ¡Como si una Corea del Norte después de esta vida fuera consolador en alguna medida!

Todo lo que rompa o simule romper ese hechizo, la mentira de que el mundo material es despreciable, como el placer sexual, la autodeterminación de las personas y el libre desarrollo de su personalidad como a bien tengan es una amenaza contra su negocio. Y entre más ilegalizado esté, mucho que mejor.

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