lunes, 9 de abril de 2012

Es más bien como al contrario, presidente Santos

Creo que si hay algo peor que lo impresentable de ese intento de capataz que es Uribe es el cinismo de Santos.

Su postura frente a la prohibición de las drogas es muy... Santos: asquerosamente ambigua y siempre tratando de quedar bien con todos. Lo único peor que tener un Presidente intransigente es tener uno indeciso. Y esa indecisión de Santos lo lleva a decir muchas burradas:

"Llevamos mucho tiempo hablando y haciendo poco...lo que tenemos no es lo mejor y debemos buscar alternativas menos costosas y más efectivas. Y sino las hay, pues sigamos con lo que tenemos", agregó.

¿Hablando y haciendo poco? ¿Eso es lo que Santos cree que hemos hecho, hablar y cruzarnos de brazos?

Y ¿en cuál de esas categorías es que él ubica los miles de muertos por año que deja la "guerra contra las drogas", que hace que estas se vuelvan altamente lucrativas y un negocio como ningún otro?

¿Será que el hecho de facilitarle a los terroristas de las Farc un motivo sinónimo de lucro para seguir existiendo hace parte del hablar o del hacer poco? Porque tal como yo lo veo, se ha hablado muy poco y se ha hecho mucho y muy mal.

Para Santos, ¿en dónde se ubica el hecho de que los estados se crean con la autoridad de decirle a sus ciudadanos cómo deben vivir sus vidas y qué pueden y no pueden hacer libremente con sus cuerpos? ¿Será eso hablar mucho o hacer poco? Porque eso suena precisamente al contrario: hacer mucho (pretender que ningún ciudadano del mundo consuma drogas) y hablar poco (¿a quién le pidieron autorización para prohibirme a mí hacer con mi cuerpo lo que me da la gana?).

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