viernes, 28 de octubre de 2011

¡Iglesia Espiritista!

A pesar de que son muy parecidos, la religión y el espiritismo o las pseudociencias en general, son diferentes. Los unos tienen un cuerpo doctrinal de donde sacan sus cretinos comportamientos, mientras que los otros sólo venden aire y estafan a la gente -a veces llegando a costarle la vida a sus clientes- sin necesidad de seguir ningún dogma oficial, siendo más bien algo sincrético y poco definido.

Pues resulta que estos dos males que predan de la ignorancia de las personas se han mezclado y de esta forma ha nacido la Confederación Espirita Colombiana:

La Confederación Espírita de Colombia, representa al movimiento Espírita Colombiano, organizado y basado en las enseñanzas de Allan Kardec.

Mas de 50 años de trabajo y siembra del Espiritismo en Colombia, nos ofrece hoy un movimiento consolidado, unificado y progresista, en favor de la paz y la verdad.

Esa última parte es todo un chiste: ¿una iglesia progresista, en favor de la paz y la verdad? Eso es un oxímoron.

Sobre el tal Kardec, esto es lo que se encuentra en Wikipedia:

El 18 de abril de 1857 publica un libro que marcará el inicio del espiritismo, El libro de los espíritus, hecho por el que es hoy en día conocido.

Sus investigaciones en el terreno del espiritismo le llevaron a cambiarse el nombre de Hippolyte Léon al de Allán Kardec tras, según afirmó él mismo, recordar una vida anterior en la que llevaba este nombre.

Eso significa que hoy en día debemos buscar a alguien llamado Hippolyte Léon Denizard Rivail y ese será la reencarnación de Kardec. Y es una tristeza pues el tipo, a los 20 años consiguió ser parte de la Real Academia de Ciencias Naturales de Francia.

30 años después se convirtió en ese ser que alaban en la Confederación Espirita:

En 1854 Rivail fue iniciado en un pasatiempo popular de mediados del siglo XIX: intentar comunicarse con los espíritus de los muertos. Al año siguiente fue testigo ocular de fenómenos tales como mesas que giraban y escritura psicográfica. Quedó convencido de la existencia de una región espiritual habitada por las almas inmortales de los muertos y de que era posible comunicarse con ellas. Las fuerzas espirituales invisibles no perdieron tiempo en utilizarlo como su instrumento.

Su “espíritu familiar” le informó que en una existencia previa, en el tiempo de los druidas, había vivido en la Galia y se llamaba Allan Kardec. Además, los espíritus le anunciaron por medio de diferentes médium que “habían llegado los tiempos fijados por la Providencia para una manifestación universal y que, como ministros de Dios y agentes de su voluntad, ellos tenían la responsabilidad de instruir e iluminar a los hombres, dando comienzo a una nueva era para la regeneración de la Humanidad”.

Profundamente impresionado por todo esto, Rivail comenzó a ordenar una inmensa colección de escritos psicográficos que le proporcionaron sus amigos espiritistas. Empezó a asistir con regularidad a sesiones espiritistas, preparado siempre con una serie de preguntas que se le respondían por medio de los médium de “manera precisa, profunda y lógica”. Toda esta materia, debidamente “repasada y corregida” por el “Espíritu de la verdad” a través de un médium, fue publicada en 1857 en El libro de los espíritus, su primera obra con el seudónimo Allan Kardec. Desde el mismo principio Rivail dejó claro “que los Espíritus, siendo simplemente las almas de los hombres, no tienen ni conocimiento supremo ni sabiduría suprema; que su inteligencia depende del progreso que hayan hecho y que su opinión no es más que una opinión personal”. A lo largo de sus escritos psicográficos habla de espíritus superiores e inferiores, espíritus buenos y malos, espíritus menores, espíritus malvados y rebeldes, espíritus errantes, espíritus vulgares y espíritus mentirosos. Estos se presentan a los médium bajo nombres muy conocidos, como: Sócrates, Julio César, Agustín, Carlomagno, George Washington, Mozart y Napoleón. En su libro titulado Lo que es el espiritismo, Rivail también admite que algunos espíritus son “mentirosos, fraudulentos, hipócritas, malvados y vengativos” y capaces de utilizar lenguaje grosero.

Aquellos interesados en profundizar en esta secta, siempre pueden descargar sus revistas o escuchar su emisora.

Con esto sí que se divertiría James Randi.

(dato: Hayfa Numa)

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