miércoles, 21 de marzo de 2012

Corrupción en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá

Este sábado empieza la XIII edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá que al parecer contará con una gran variedad de obras y artes escénicas.

Tal como debería ser, este escenario de promoción y divulgación cultural es patrocinado por el Estado (tanto la Presidencia como la Alcaldía) razón por la que debería ser un evento de muy buena factura. Pero las cosas no pintan tan bien, ya que los del Festival han decidido utilizar parte de los recursos en promover creencias religiosas particulares:

Abuelos chamanes de etnias indígenas como Bacatá, Tunja y Vaupés, acompañarán el desfile inaugural del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá el próximo sábado.

Jorge Vargas, productor del desfile del 24 de marzo, le contó a Caracol Radio que serán treinta los abuelos chamanes, quienes con su sabiduría ancestral, harán plegarias rituales para convencer al sol que asista al desfile y alejar la lluvia, que aunque fuente de vida, esperan no contar con ella.

No pueden hacer eso. Allá donde hay dineros públicos debe reinar el más radical de los laicismos, para garantizar la inclusión y la no-discriminación. Pero no, eso trae sin cuidado a los organizadores del evento:

Dijo que además de cruzar los dedos, los participantes tienen su fe puesta en lo que la tradición aborigen hará para tener ese día, una tarde soleada.

Ediciones anteriores del FITB también contaron con rituales indígenas, que al parecer fueron efectivos, porque en el desfile la lluvia se ausentó y en su remplazo el sol brilló.

Linda falacia post hoc ergo propter hoc, pero es eso, una falacia. Y ni aunque fueran capaces de encontrar un argumento de personas civilizadas, del siglo XXI, podrían justificar la malversación de los fondos. Espero que la Fiscalía y los demás órganos que correspondan les abran las investigaciones que sean necesarias.

Cuando la Constitución establece que hay libertad de cultos y que a nadie se le discriminará por su creencia o no creencia, lo mínimo que cabría esperar es que no se destine el dinero de todos para promover una sueprstición particular: ni católica, ni cristiana, ni islámica, ni nativa. ¡Nada!

Por eso espero que tanto la Presidencia de la República como la Alcaldía Distrital retiren su apoyo al Festival hasta que se empiecen a respetar los dineros públicos y las opciones de creencia no privilegiadas.

(dato: Roberto Rivero)

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