viernes, 26 de abril de 2013

Pedofilia, pederastia y homosexualidad



Esta semana, en los debates sobre matrimonio igualitario, los creyentes pretendieron equiparar moralmente la homosexualidad con la pedofilia, y decir que ambas son bestialidades y deberían estar prohibidas. Como de costumbre, los cristianos se equivocan.

La homosexualidad es una preferencia sexual, y es tan moralmente válida como la preferencia heterosexual y la bisexual.

La pedofilia es una parafilia - la atracción sexual por niños pre-adolescentes. Es una fantasía de algunos individuos, que está metida en su cabeza y en ese estado no afecta a nadie más.

Por el contrario, la pederastia es un delito, como lo es cualquier tipo de sexo con individuos que no han dado su consentimiento informado - y ahí radica su recriminación.

El Estado no tiene por qué decirle a las personas cuáles pueden ser sus gustos, ni sus fantasías - no existen los delitos de pensamiento. Que a mí me moleste la pedofilia y para los cristianos sea "excremental" la homosexualidad, no significa que recurramos al Estado para imponer nuestros gustos por vía de ley. La ley debe proteger a los demás, no imponerles opiniones ni fantasías.

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