martes, 24 de julio de 2012

Un verdadero reality show

En general me opongo a la clasificación de las películas y las series. En primer lugar, porque me parece que los parámetros son muy conservadores. En segundo lugar, porque se presta para la censura. Y en tercer lugar, porque es una cuestión demasiado paternalista.

Y sin embargo, en Colombia están escandalizados con lo que los niños puedan aprender de los reality show:

La representante Gloria Stella Díaz exhortó a que sean considerados los horarios pues muchos niños y adolescentes están despiertos a la hora en que son emitidos.

Según ella, por su alto contenido de intriga, envidia, violencia y chisme, los realities deben ser emitidos en una franja para adultos.

“No es sano que estos programas sean emitidos en horario familiar; ahora debe buscarse cómo controlar y regular la hora de la emisión”, sostuvo.

A su turno, el senador Carlos Ferro Solanilla dijo que los canales deben tener en cuenta que la televisión debe ser “formadora de valores”.

Por eso, los llamó a tener un alto nivel de “auto-regulación” y emitir los programas en horarios para mayores de edad.

“Se está violentando el principio de enseñanza al que están llamados”, aseguró el senador.

A ver, prohibir las cosas no es la solución - sólo hace que los niños se intriguen más. Pero es que también se carece de cualquier comprensión medianamente acertada de cómo funciona la televisión.

La televisión es un medio de comunicación hecho única y exclusivamente para entretener (de ahí que los canales pretendidamente divulgadores como History o Discovery Channel ahora se dediquen a promover la ufología y vender pseudodocumentales como el de los dragones o el de las sirenas).

Para educar y formar valores están los padres. Si ellos no están dispuestos a hacer la tarea, no deben esperar que la televisión se la haga. Todo esto, lo que está haciendo es simplemente complaciendo a unos padres perezosos, que renuncian a educar adecuadamente a sus hijos, les da flojera o algo, pero que de alguna forma pretenden que su descendencia sea criada de forma decente.

Este es el verdadero reality show, en el que los padres renuncian a educar de una manera siquiera modestamente digna y en donde el estado les mima la pereza autocomplaciente. Ese es el ejemplo que le están dando a los niños, ¿y se preocupan por lo que puedan ver en la televisión?

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