lunes, 11 de julio de 2011

Gallo perdió la pelea

Ya hemos hablado de Gonzalo Gallo. Un charlatán, que promete mejorar la vida de los demás y mostrarles el camino.

Ahora en una entrevista se pone de manifiesto lo chistoso de todo esto, que es que Gallo era sacerdote y lo dejó por razones que, quién sabe por qué, todavía no aplica a su nuevo trabajo como embaucador:

Hace 25 años empezó a hablarse de la futurología. Una de los futurólogos más importantes fue Alvin Toffler con 'La tercera ola' y está Patricia Aburdene con sus libros Megatendencias. Todos esos estudiosos dijeron que el siglo XXI tendría 4 tendencias: un despertar espiritual, una gran conciencia ecológica, un gran liderazgo femenino y un gran interés de la gente por la salud y la apariencia. Esos fenómenos los estamos viviendo. La gente no está satisfecha con lo que tiene.

¿Y qué tiene eso que ver con conferencistas como usted?

Esa búsqueda de ayuda conduce a tratar de dar herramientas para que la gente haga un cambio de su situación de sufrimiento por saturación de dolor.

No sé, pero existe este concepto de que los seres humanos inicialmente estamos rotos, quebrados, dañados, fracturados, estropeados, destrozados. Los antiguos empleadores de Gallo lo llaman pecado original y busca hacer sentir mal, incompletos y vacíos a los seres humanos. ¡¡Con razón les parece que la experiencia humana es un valle de lágrimas!!

¿Pero hay también charlatanería?

Cuando hay tanta demanda de lo espiritual, hay puertas que se abren pero también aparece oferta barata de charlatanes: "Con este libro arreglas tu matrimonio...". Eso no es así.

Momento: ¿cómo saber qué es charlatanería y qué no? ¿Qué métodos, guías, tips, reglas, pautas, patrones o estatutos sirven para decir con certeza qué es charlatanería y qué no? ¿Quién los dice? ¿El propio Gallo? ¿Cómo sabe él que esa información es cierta? ¿En qué parámetros se basa él?

¿Por qué decidió dedicar su vida a esa ayuda a la espiritualidad?

Cuando era sacerdote en Cali, siempre hacia eso. Las empresas me invitaban a dictar conferencias sobre honestidad, trabajo en equipo, solidaridad y metas. Cuando me retiré, sentí que debía continuar esa labor. He realizado 200 talleres de perdón y otros tantos de sanación interior. Hice talleres de perdón en Ralito con paramilitares. En Apartadó y Montería realicé talleres de amor. He estado en muchas cárceles, porque la gente quiere reubicarse en la vida. Y también con altos ejecutivos que se preguntan si todo el objetivo de la vida es hacer dinero.

Claro: dejar de engañar a la gente, para empezar a embaucarla. Podemos ver cómo fue ese cambio.

Usted acaba de decir "antes de retirarme". ¿Por qué se retiró?

Había creencias y actitudes de la iglesia que no compartía. Su jerarquía, por ejemplo, ha inventado cosas como el diablo y el infierno, para atemorizar a la gente. El diablo es un invento humano, nunca ha existido.

¿En qué otras cosas no creía?

No creo que uno tenga que confesarse con una persona para que Dios lo perdone. No creo que si no voy a misa el domingo, me condeno. No es un templo el único sitio de oración. Orar es más que rezar y pedir. Orar no es elevar una plegaria interesada en un favor divino. Lo único que pide Dios al hermano es que viva su vida llena de amor. Hay quienes se acuerdan de Dios solo en catástrofes o cuando las penas los trituran. Quien ora bien, ama, alaba, agradece, piensa en Dios y lo vive. Yo no voy a ninguna iglesia, aunque las respeto. Trato de vivir con Dios todo el día.

¿Usted no es católico?

No estoy en ninguna religión.

¿En qué cree?

En Dios y la oración.

Claro, podemos descartar al enemigo imaginario, pero no al amigo imaginario. Qué conveniente. Aunque supongo que la peor parte la ridícula entrevista fue esta:

¿Y si no hay diablo, existe Dios?

¡Por supuesto! El mal nace de la libertad que tiene el ser humano. Dios, en su perfección y bondad, no ha podido crear el mal.

¿"¡Por supuesto!"? ¿Tiene pruebas? No. Y para completar, se va directo a atacar la libertad. Será cabrón. Si quiere esclavos, allá él. Está muy cerca de llegar al nivel de Pat Robertson y eso no tiene vuelta de hoja.

¿Qué es la muerte?

Un paso entre dos vidas, un cambio de forma de vivir. No es el fin de la existencia. Al morir, volvemos a la energía para seguir viviendo. La muerte es solo para el cuerpo. El espíritu sigue viviendo.

¿Qué pruebas tiene de ello? Ninguna. Nada. Nadie sabe lo que pasa después de la muerte. Ciertamente no hay indicios de un alma y no hay evidencias de vida después de la muerte (lo que desvirtuaría todo el concepto de muerte y sería una gran excusa para desperdiciar una vida perdiendo el tiempo con cosas como asistir a ritos religiosos). Afirmar eso es una mentira. Es como decir, con la misma seriedad: "Los unicornios existen".

¿Dice usted que es posible hablar con la gente que se fue?

Totalmente. No con los labios, porque ellos ya no los tienen; es una voz interna como la que oyen los niños y es una presencia como la que ellos sienten. Y no es invento mío. Existen centenares de tratados serios que lo demuestran. Le puedo traer personas serias para que le cuenten su experiencia.

¡Esto es de un cretino impresionante! ¿Aprovecharse del dolor de una persona para decirle que se puede comunicar con "el otro lado"? Eso es caer muy, pero muy bajo.

¿No es muy cómodo creer en el diablo pero sí en el cielo?

El cielo es un nombre que se inventó la iglesia. Pero llámelo como quiera. Cuando el cuerpo se va, el espíritu vive en otra dimensión, en la luz. Y allí se vive igual que acá, pero sin lo negativo. Usted ya estuvo allá y va a regresar allá, como todos los que leen esto. La muerte es cambiar de atuendo: se acaba la materia y sobrevive el espíritu.

Y abunda ese oscurantista lenguaje posmoderno que no dice absolutamente nada y cree decir mucho.

¿Si el diablo no existe, el mal no tiene castigo?

Sí, pero en la Tierra. Las acciones aquí son como un boomerang. Si haces el bien, te irá bien. Octavio Paz decía que siempre recogemos lo sembrado. Las acciones se devuelven, positivas o negativas.

Por supuesto, porque eso fue precisamente lo que le pasó a los niños judíos en el exterminio nazi. Niños de no más de seis años, en campos de concentración. ¡Que paguen por sus acciones antes de ir a las duchas de gas!

¿Usted critica hoy a la iglesia católica?

Ni a la católica, ni a ninguna otra. Valoro y respeto a todas las iglesias, pero creo que están muy desconectadas de la realidad. Las religiones, en general, son estructuras pesadas y, así, tienden a fosilizarse. Se anquilosaron.

Si eso no es criticarlas, ¿cómo lo llama Gallo?

Para el que tenga estómago, puede ver la entrevista original, pero lo que soy yo, ya me cansé de leer esas sandeces.

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