El pensamiento ilusorio, conocido en inglés como wishful thinking, es una falacia y un sesgo cognitivo en el que se forman opiniones y se toman decisiones basadas en lo que sería más placentero de imaginar en vez de fundamentadas en la evidencia o racionalidad. Así, el pensamiento ilusorio recae en las emociones.
Puede ser un caso específico de falacia lógica en un argumento cuando se asume que si se desea algo para que sea verdad -o falso- esto será verdadero -o falso-.
Un típico ejemplo sería: "¿Acaso no te gustaría que hubiera una vida después de la muerte?"
Independientemente de lo que deseemos, la evidencia disponible y lo que sabemos no nos permiten inferir que haya una vida después de la muerte, por lo que asumir que esta existe, porque sería "más alegre", es un típico caso de pensamiento ilusorio.
Lo mismo aplica al mentiroso, cliché y mancillado "Los creyentes son más felices que los ateos". Si eso fuera cierto -que no lo es-, no sería un argumento para ser creyente. ¡Sigue siendo una falacia!
Puede ser un caso específico de falacia lógica en un argumento cuando se asume que si se desea algo para que sea verdad -o falso- esto será verdadero -o falso-.
Un típico ejemplo sería: "¿Acaso no te gustaría que hubiera una vida después de la muerte?"
Independientemente de lo que deseemos, la evidencia disponible y lo que sabemos no nos permiten inferir que haya una vida después de la muerte, por lo que asumir que esta existe, porque sería "más alegre", es un típico caso de pensamiento ilusorio.
Lo mismo aplica al mentiroso, cliché y mancillado "Los creyentes son más felices que los ateos". Si eso fuera cierto -que no lo es-, no sería un argumento para ser creyente. ¡Sigue siendo una falacia!
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