Creo que son muy pocas las ocasiones en que un gobierno dice la verdad, y son aún más pocas las ocasiones en que está diciendo algo de una obviedad que se cae de su peso. Este es uno de esos casos.
El gobierno de Estados Unidos ha tenido que salir a explicarle a sus ciudadanos que no existen las sirenas ni los zombies:
Es curioso: tampoco hay pruebas de que exista ningún dios. Creo que va siendo hora de que lo incluyan en la lista de seres de ficción inexistentes que la crédula población va dando, de manera ignorante, como reales.
Por otra parte, resulta lamentable que canales de supuesta divulgación científica se presten para mentirle a su audiencia, pasando pseudodocumentales. Y ese público al que supuestamente le interesa la ciencia, deja mucho que desear, creyéndose todo lo que ve en televisión.
El gobierno de Estados Unidos ha tenido que salir a explicarle a sus ciudadanos que no existen las sirenas ni los zombies:
“Las sirenas son criaturas de mar legendarias”, afirma un comunicado en internet del NOS, encargado de analizar respuestas ante “cambios climáticos y riesgos naturales como huracanes y tsunamis”. “Ninguna prueba de un humanoide acuático fue descubierta”, agrega el texto.
La organización habría recibido varias cartas de ciudadanos acerca de la existencia potencial de estas criaturas mitológicas poco después de la difusión en mayo, en la cadena de televisión Animal Planet de Discovery Channel, del documental ‘Sirenas: El cuerpo hallado’.
La película “muestra un panorama muy convincente acerca de la existencia de sirenas, a lo que podrían parecerse, y por qué se habrían mantenido ocultas hasta ahora”, indicó un comunicado de Discovery Channel.
El comunicado fue publicado un mes después de que los Centros Federales para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) declararan que no había pruebas tangibles de que existan zombies.
“Los CDC no están al tanto de la existencia de un virus o una enfermedad susceptible de revivir a los muertos”, señaló un portavoz en un correo electrónico al sitio The Huffington Post, durante una serie de ataques caníbales en Estados Unidos ocurridos en los últimos meses, que despertaron viejos temores populares.
Es curioso: tampoco hay pruebas de que exista ningún dios. Creo que va siendo hora de que lo incluyan en la lista de seres de ficción inexistentes que la crédula población va dando, de manera ignorante, como reales.
Por otra parte, resulta lamentable que canales de supuesta divulgación científica se presten para mentirle a su audiencia, pasando pseudodocumentales. Y ese público al que supuestamente le interesa la ciencia, deja mucho que desear, creyéndose todo lo que ve en televisión.
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