viernes, 24 de febrero de 2012

Pseudociencia a tomar por culo

Es una lástima que las personas no reparen en el peligro que representa la pseudociencia hasta que no ven sus desastrosos resultados. Casos hay a montones. Por ejemplo, en un lúcido artículo sobre cuál es el mejor tratamiento estétitco para tener una cola bonita, un cirujano plástico resume el problema de someterse a tratamientos anticientíficos:

Ante la gran solicitud de los pacientes y la falta de una respuesta satisfactoria y seria de los cirujanos plásticos y los médicos estéticos, se empiezan a cometer las mayores barbaridades, comienzan a inyectar biopolímeros –que de bio no tienen nada– y metilmetacrilato, una sustancia inventada para rellenar los defectos de los huesos. Las complicaciones son terribles, pero solo hasta que María Mónica Urbina y Jessica Cediel mostraron sus desastres se generó un verdadero pánico. Esto venimos denunciándolo hace más de 10 años, pero nadie nos escuchó hasta que alguien lindo, joven y famoso lo hizo. Al fin paró la pesadilla.

Y así han venido las denuncias con todo: homeopatía, reiki, auriculoterapia, curación por la oración, flores de Bach, cristaloterapia, músicoterapia y básicamente todas las afirmaciones falsas de los falsos curanderos.

¿Es que requerimos víctimas famosas, lindas y jóvenes (y estúpidas) por cada una de estas imposturas de la anticiencia?

Por cierto, si les interesa el tema de la cirujía plástica (o lo desprecian), les recomiendo el artículo Las siliconas no son tan malignas, de mi amigo, el Dr. Gabriel Andrade.

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