Dentro del escepticismo que me embarga sobre las dichosas organizaciones estudiantiles, una de las mayores razones ha sido el hecho de que están infiltradas por miembros de grupos terroristas. Decir esto no es nada nuevo.
Lo que tampoco es nuevo es que no se le puede pedir a esas organizaciones estudiantiles que ya que se autodenominan como grupos idóneos para rechazar la violencia, la sevicia y la barbarie, rechacen los condenables actos de los grupos terroristas que las han infiltrado. Y eso fue lo que hizo Andrés Hoyos:
¿Qué tan difícil puede ser condenar un asesinato a sangre fría, por la espalda y con tiro de gracia a cuatro miembros de las Fuerzas Armadas que estaban indefensos, desarmados (esos sí) y llevaban más de 10 años privados ilegalmente de su libertad?
En una muestra más de sus acrobacias retóricas, llenas de falacias y carentes de argumentos, ha salido un nuevo defensor de la MANE:
Ahh, la autoridad moral, esa falacia ad hominem que facilita la mediocridad intelectual y que pretende que un argumento es válido según la coherencia que tenga con el mismo aquella persona que lo esgrime.
Siguiendo ese orden de ideas, sólo se puede condenar el Gulag si se hizo la correspondiente condena de Auschwitz.
Este defensor de oficio de la MANE, que dice llamarse Roberto Anzola, también cae en ese otro aciago y molesto recurso de la izquierda neoestalinista que es la censura:
O sea que sólo aquellas personas que están dispuestas a condenar las atrocidades terroristas diciendo incesantemente a cada momento hasta la saciedad "El Estado también" son las que pueden decir quién está autorizado para sugerirle a los representantes estudiantiles, que tanto se vanaglorian de tener sensibilidad hacia crueldades del tipo de dispararle por la espalda y a quemarropa a alguien que llevaba 14 años secuestrado, que hagan una notica de repudio.
Lo único en lo que el dichoso Anzola tiene razón es cuando afirma esta obviedad, con la que termina:
Eso se sabe - le hará falta otra asfixiante cantidad de falacias para hacerlo.
(Y no es que Andrés Hoyos esté por encima del bien y del mal; yo mismo lo he criticado, pero ¡con argumentos!)
Lo que tampoco es nuevo es que no se le puede pedir a esas organizaciones estudiantiles que ya que se autodenominan como grupos idóneos para rechazar la violencia, la sevicia y la barbarie, rechacen los condenables actos de los grupos terroristas que las han infiltrado. Y eso fue lo que hizo Andrés Hoyos:
Pensaba escribir sobre otra cosa, pero cuando pedí en Twitter que la Mane (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) se pronunciara sobre el asesinato a sangre fría de los cuatro militares secuestrados por las Farc, se desató tal furor que caí en cuenta de que había pinchado un nervio. Me dijeron fascista, idiota y bruto, entre otras lindezas.
¿Qué tan difícil puede ser condenar un asesinato a sangre fría, por la espalda y con tiro de gracia a cuatro miembros de las Fuerzas Armadas que estaban indefensos, desarmados (esos sí) y llevaban más de 10 años privados ilegalmente de su libertad?
En una muestra más de sus acrobacias retóricas, llenas de falacias y carentes de argumentos, ha salido un nuevo defensor de la MANE:
Yo me pregunto, ¿acaso el señor Hoyos se ha pronunciado de manera contundente o ha promovido marchas en contra del ejército por el asesinato de más de 3.000 jóvenes por parte de esa institución, un número mucho mayor a los militares asesinados por las Farc, o de grupos como Eta o Ira? ¿O por qué no se ha pronunciado por la petición de las Fuerzas Armadas colombianas, que pretenden que se las deje asesinar a quien se les dé la gana para poder ganar la guerra? ¿Acaso no sabe el señor Hoyos que los muertos y desaparecidos en Colombia por el Ejército y los organismos de seguridad del Estado en los últimos 20 años son los más altos de América Latina, aún por encima de las dictaduras militares de los países del Cono Sur? Si no lo ha hecho, no tiene ninguna autoridad moral de hacer este tipo de exigencias.
Ahh, la autoridad moral, esa falacia ad hominem que facilita la mediocridad intelectual y que pretende que un argumento es válido según la coherencia que tenga con el mismo aquella persona que lo esgrime.
Siguiendo ese orden de ideas, sólo se puede condenar el Gulag si se hizo la correspondiente condena de Auschwitz.
Este defensor de oficio de la MANE, que dice llamarse Roberto Anzola, también cae en ese otro aciago y molesto recurso de la izquierda neoestalinista que es la censura:
Y si no sabe que en Colombia el número de asesinatos, por parte de fuerzas del Estado, de militantes de izquierda, sindicalistas, estudiantes y ciudadanos del común supera a lo sucedido en cualquier democracia, le recomiendo que mejor se calle.
O sea que sólo aquellas personas que están dispuestas a condenar las atrocidades terroristas diciendo incesantemente a cada momento hasta la saciedad "El Estado también" son las que pueden decir quién está autorizado para sugerirle a los representantes estudiantiles, que tanto se vanaglorian de tener sensibilidad hacia crueldades del tipo de dispararle por la espalda y a quemarropa a alguien que llevaba 14 años secuestrado, que hagan una notica de repudio.
Lo único en lo que el dichoso Anzola tiene razón es cuando afirma esta obviedad, con la que termina:
Aclaro: con lo anterior no estoy justificando las atrocidades de las Farc.
Eso se sabe - le hará falta otra asfixiante cantidad de falacias para hacerlo.
(Y no es que Andrés Hoyos esté por encima del bien y del mal; yo mismo lo he criticado, pero ¡con argumentos!)
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