La peor ciudad de Colombia en la que uno podría residir en este momento es Manizales. Gracias a las inundaciones se quedaron sin agua (?) y sin gas.
Lamento echárselo en su cara, pero es muy probable que sea su culpa. A juzgar por las últimas decisiones, en el municipio se sienten más cómodos echándole la responsabilidad a alguien más y prefieren celebrar arcaicos rituales, en vez de hacerle frente al problema y abordarlo como si fueran una ciudad existente en el siglo XXI:
No sé ni por dónde empezar. Ahh, sí: el municipio no debería pagar por la restauración de ese monumento a la ignorancia que es una iglesia y que por si fuera poco hace parte de la mayor multinacional del mundo, que es tan líchiga que no ha puesto un centavo para su restauración, desde hace más de un año. No veo por qué los manizalitas no católicos tienen que ver cómo sus impuestos se desperdician en fomentar una superstición de la que no hacen parte.
Tampoco me explico por qué el alcalde de Manizales, Juan Llano, está pidiendo que no se pierda la fe, cuando es todo aquello que una persona medianamente racional rechazaría: la aceptación de cualquier afirmación sin ninguna prueba a su favor y la renuncia a las facultades críticas.
Mucho menos le encuentro sentido a que además de promover el dios católico se promueva el chamanismo y se acepte (sin ninguna pizca de evidencia empírica) la existencia de espíritus y energías. ¿Por qué se están favoreciendo dos mitologías por encima de las del resto de habitantes, cuando la Constitución establece el trato igualitario a todas las religiones? ¿Por qué no invitaron también sacerdotes sikh, satánicos, budistas zen, budistas no zen, hindúes, jainistas, protestantes, judíos, ayatolás, imanes, mayas, y de cuanta otra superstición exista? ¡Esto es discriminación!
Ahora, por supuesto, no me extraña que Manizales esté en la inmunda. Si cada vez que surge el menor indicio de obstáculo, sus habitantes se arrodillan para pedirle a Zeus que deje de enviar rayos, truenos y centellas, en vez de hacer algo por sí mismos, por supuesto que se van a quedar en así siempre - un pueblo de mentalidad feudal, sin importar que estemos en el siglo XXI, XXII o en el año 3000.
(dato: Roberto Rivero)
Lamento echárselo en su cara, pero es muy probable que sea su culpa. A juzgar por las últimas decisiones, en el municipio se sienten más cómodos echándole la responsabilidad a alguien más y prefieren celebrar arcaicos rituales, en vez de hacerle frente al problema y abordarlo como si fueran una ciudad existente en el siglo XXI:
Manizales será exorcizada por un grupo de chamanes y mayores indígenas que en un acto público ahuyentarán los que consideran malos espíritus y energías negativas.
Rezos y riegos que buscan, según las versiones populares que se han difundido en los últimos días, rechazar una posible maldición a la ciudad por el incendio de una iglesia católica, registrada en el sector del barrio La Enea hace un año por delincuentes que no querían al párroco, sede que quedó totalmente destruida y que por falta de recursos no ha sido restaurada. Esas y otras versiones hacen parte de la picaresca regional que invita al ritual.
El exdirector del Instituto de Cultura y Turismo, gestor cultural y organizador del evento, Gilberto Cardona, dijo que es un acto de reconocimiento colectivo y que busca encontrar a los ciudadanos en asuntos positivos, alejar las tristezas y dolores espirituales causados por la tragedia del barrio Cervantes que dejó 48 víctimas, el desabastecimiento de agua cerca de 25 días, la falta de gas y para acabar de empatar, la pérdida del Once Caldas en la liga Postobón.
Los ciudadanos coinciden en la importancia del rezo y de los riegos aduciendo que la ciudad y sus habitantes están "salados" y que les cayeron todas, por lo que hay que recibir al año nuevo bañados y limpios de esas malas energías.
El alcalde de Manizales, Juan Manuel Llano, a quien le atribuyen parte de esa mala suerte, dice no tener responsabilidad y que respetando el acto primero está la fe y asegura que no se puede perder. El ritual que se realizará este viernes tendrá como sede la Plaza de Bolívar de la ciudad y será a las cinco de la tarde.
Según sus organizadores el día y la hora tienen relación con una fecha especial y para que tenga efectos debe ser un viernes y a las cinco de la tarde, hora en la que se concentrarán los chamanes, espiritistas y los ciudadanos que quieran hacer parte del ritual. Las yerbas y riegos serán derramados sobre la plaza principal y los participantes tienen ingreso gratuito.
Al acto cultural se sumó la Sociedad de Mejoras Publicas. Los sacerdotes de la Iglesia Católica guardan silencio sobre el tema.
No sé ni por dónde empezar. Ahh, sí: el municipio no debería pagar por la restauración de ese monumento a la ignorancia que es una iglesia y que por si fuera poco hace parte de la mayor multinacional del mundo, que es tan líchiga que no ha puesto un centavo para su restauración, desde hace más de un año. No veo por qué los manizalitas no católicos tienen que ver cómo sus impuestos se desperdician en fomentar una superstición de la que no hacen parte.
Tampoco me explico por qué el alcalde de Manizales, Juan Llano, está pidiendo que no se pierda la fe, cuando es todo aquello que una persona medianamente racional rechazaría: la aceptación de cualquier afirmación sin ninguna prueba a su favor y la renuncia a las facultades críticas.
Mucho menos le encuentro sentido a que además de promover el dios católico se promueva el chamanismo y se acepte (sin ninguna pizca de evidencia empírica) la existencia de espíritus y energías. ¿Por qué se están favoreciendo dos mitologías por encima de las del resto de habitantes, cuando la Constitución establece el trato igualitario a todas las religiones? ¿Por qué no invitaron también sacerdotes sikh, satánicos, budistas zen, budistas no zen, hindúes, jainistas, protestantes, judíos, ayatolás, imanes, mayas, y de cuanta otra superstición exista? ¡Esto es discriminación!
Ahora, por supuesto, no me extraña que Manizales esté en la inmunda. Si cada vez que surge el menor indicio de obstáculo, sus habitantes se arrodillan para pedirle a Zeus que deje de enviar rayos, truenos y centellas, en vez de hacer algo por sí mismos, por supuesto que se van a quedar en así siempre - un pueblo de mentalidad feudal, sin importar que estemos en el siglo XXI, XXII o en el año 3000.
(dato: Roberto Rivero)
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