jueves, 2 de febrero de 2012

¡Yo quiero ir a ese museo!

Hace unos días Alain de Botton propuso construir un templo ateo en el centro financiero de Londres, una completa ridiculez. ¿Acaso alguna vez se ha hecho una cerveza para los no bebedores de cerveza?

Para resaltar el humanismo, el conocimiento y la Ciencia ya existen edificios dedicados a eso. Los llamamos bibliotecas, librerías y museos. Y hablando de museos, resulta que hay uno muy interesante:

Los restos de un suicida con bomba esculpidos en chocolate negro, 150 esculturas en porcelana de genitales femeninos (la colección "C*ñ*s y otras conversaciones"), una máquina que representa el aparato defecador (generadora de fiemos), imágenes de niños asesinos, maniquís en los que órganos sexuales y defecadores sustituyen a bocas y narices, animales muertos en formol, sexo por aquí y por allá, cenizas de difuntos nada más entrar (los visitantes pueden añadir las suyas o de sus parientes), imágenes o simbologías blasfemas...

Estas son algunas de las cosas que se pueden encontrar en el Museo del Arte Viejo y Nuevo (MONA, www.mona.net.au) en Hobart, capital de la isla-estado de Tasmania, en Australia.

Ayy, qué maravilla. ¡Tengo que ir! Un museo que se dedique a desacralizar cosas y mostrar la barbarie de la religión es justo mi tipo de museo preferido.

(visto en Ateorizar)

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