¡Ohh, no! Se nos pasó el Día del Hiyab, en el que las mujeres salieron a las calles para defender que las maltraten.
El caso es que el evento, llevado a cabo en Pakistán, tuvo una particularidad digna de ser recordada:
Este fue el 'toque de gracia':
¡Vaya empoderamiento el que esos cinturones de castidad le dan a las mujeres! Para que luchen por una superstición que las mantiene esclavas, pero que ni se les ocurra que pueden hablar.
Este es uno de esos cómicos ejercicios en los que el derecho a la libertad de expresión es invocado para expresar que hay quienes voluntariamente (probablemente, después de un lavado de cerebro de toda la vida) renuncian a usarlo.
(vía Friendly Atheist)
El caso es que el evento, llevado a cabo en Pakistán, tuvo una particularidad digna de ser recordada:
Las mujeres fueron trasladadas en dos autobuses a la sede por la Jamaat-i-Islami (JI). Las manifestantes fueron lideradas por Samia Raheel Qazi, presidente de Mujeres JI y la Comisión de la Familia y Afia Sarwar, secretaria general de la sección de mujeres de JI.
Las participantes agitaban carteles y pancartas con frases como: "Mi niqab, mi derecho", "El hiyab empodera a las mujeres", y "El hiyab es nuestra identidad".
Este fue el 'toque de gracia':
El Secretario General del JI Liaqat Baloch y jefe de JI de Lahore Amirul Azeem se dirigieron a los participantes. Ninguna mujer dio un discurso.
¡Vaya empoderamiento el que esos cinturones de castidad le dan a las mujeres! Para que luchen por una superstición que las mantiene esclavas, pero que ni se les ocurra que pueden hablar.
Este es uno de esos cómicos ejercicios en los que el derecho a la libertad de expresión es invocado para expresar que hay quienes voluntariamente (probablemente, después de un lavado de cerebro de toda la vida) renuncian a usarlo.
(vía Friendly Atheist)
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