Durante el último año y medio, fanáticos musulmanes han asesinado a
seis activistas laicos en Bangladesh y a otras personas
acusadas de ateísmo (?).
La vida de cualquier persona corre peligro, especialmente si se dedica a denunciar los excesos religionistas, promover la libertad de expresión y la separación entre Estado y religiones. El año pasado, con la ayuda del
Center for Inquiry (CFI),
Canadá le concedió asilo a
Raihan Abir y su esposa
Samia Hossain y pudieron escapar de un horrible destino.
Ahora, de nuevo con la ayuda del
Center for Inquiry, Alemania le
concedió asilo a
Shammi Haque, otra activista laica, que también estaba en la mira de los religiosos: