La labor de Richard Collins me parece titánica y admirable.
Su página web, End Hereditary Religion, tiene como único propósito poner de manifiesto lo inaceptable y erróneo que es suscribir a los hijos a la superstición que profesan los padres, como si fuera una cuestión hereditaria, que lo único que es, en realidad, es adoctrinamiento y maltrato infantil.
Entre los artículos, me encuentro con este que expone las razones por las que obligar a un niño a tener una fe determinada es éticamente cuestionable.
Su página web, End Hereditary Religion, tiene como único propósito poner de manifiesto lo inaceptable y erróneo que es suscribir a los hijos a la superstición que profesan los padres, como si fuera una cuestión hereditaria, que lo único que es, en realidad, es adoctrinamiento y maltrato infantil.
Entre los artículos, me encuentro con este que expone las razones por las que obligar a un niño a tener una fe determinada es éticamente cuestionable.