Mientras en el mundo civilizado se acepta la religión pastafari y sus matrimonios causan efectos jurídicos, en Banana Republic se empeñan en discriminar a los practicantes de esta religión.
Santiago Antonio de Narváez, redactor de Vice, entrevistó al pastor pastafari colombiano David Mariño, quien contó cómo ha sido la lucha del pastafarismo por ser una religión oficial en Colombia y cómo, desde el Ministerio del Interior están empeñados en negarles el estatus religioso, por no ser lo suficientemente cristianos (y uno tan inocente, pensando que la idea de la libertad de cultos era que cada quién podía creer lo que quisiera):