El sexismo de Bon Yurt

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¿Qué cuenta como cachos?

El journal de Psicología Evolutiva nos tiene un interesante estudio: Was that cheating? Perceptions vary by sex, attachment anxiety, and behavior [PDF]. ¿Qué constituye una traición en una relación sentimental?

No sorprendentemente, la respuesta depende más de las percepciones subjetivas y del sexo de a quién se le pregunte:

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El matrimonio abierto de Amelia Earhart

Casi nadie sabe esto, pero Amelia Earhart tenía un matrimonio abierto.

De hecho, eso quedó consignado en una carta que le envió a su prometido, George Palmer Putnam, en la que especificó claramente cómo sería su matrimonio - abierto:

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Celos y sociedad

No sé por qué, pero todo lo que sale de la boca de los defensores de la familia y las parejas monógamas y el matrimonio tradicional (partida de homófobos criptofascistas) me parece que son completas estupideces retardatarias.

En cambio, lo que dicen los que investigan el fenómeno de las relaciones alternativas, el poliamor y afines me parece muy interesante. Es el caso de la periodista argentina Alicia Gallotti, quien es autora de varios libros y portavoz de un portal de citas virtuales para personas casadas o con pareja estable que quieran echarse una canita al aire.

Y esto es lo que tiene que decir sobre la monogamia:

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La superioridad del poliamor

La monogamia trae implícito un elemento perverso de propiedad sobre la otra persona.

De hecho, que todavía no se pueda contraer matrimonio con personas del otro sexo o con más de una persona a la vez pone de manifiesto el privilegio que la ley le da a las relaciones posesivas y "regulares" por encima de otras opciones, igualmente válidas y cuyas implicaciones son menos destructivas para con los involucrados:

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Las Reglas de un Matrimonio Abierto

Según Sadie Smythe, la blogger que cuenta la experiencia de su matrimonio abierto, estas son las reglas o guías del matrimonio abierto:

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Los Privilegios del Matrimonio Heterosexual

No me gusta el matrimonio. Me parece una institución arcaica que limita las libertades de las personas y sirve para atarlas moralmente, privándolas de perseguir sus sueños y alcanzar sus metas. En el caso más optimista es simplemente un privilegio, un premio para aquellas personas que dicen haber encontrado al amor de su vida.

No creo en almas gemelas ni medias naranjas. Tenemos la libertad de relacionarnos con quien queramos y sacarle el máximo provecho a esa relación, poniendo de nuestra parte, en vez de que "las cosas se den". Y eso es lo bonito de las relaciones: la capacidad de decidir estar con alguien y de decidir dejar de estar con alguien. En el blog de The Atheist Experience, uno de los muchachos responde por qué está en favor del matrimonio, en vista de que está en vísperas para casarse:

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Una Alternativa al Matrimonio

Anoche estuve en un matrimonio -de hecho, en la celebración posterior puesto que no asisto a ritos religiosos y dio lo mismo, toda vez que recibí no sé cuántas bendiciones, como si no cargara ya uno muchas cruces, y hubo no sé cuántas oraciones- y mi umbral para aguantar estupideces supersticiosas fue abusado de una forma no normal.

Para ver si consigo quitarme este dolor de cabeza y guayabo moral, traduzco las palabras de Sadie Smythe. Ella tiene lo que se llama un matrimonio abierto y fruto de él, una hija de 11 años. Sobre la experiencia de tener un matrimonio abierto escribe un blog desde el 2008 que yo sigo desde hace unos meses, ha escrito un libro y va para el segundo. Pues me ha llamado la atención su artículo sobre diseñar las propias relaciones:

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