Antier, domingo 25 de noviembre, la Asociación de Ateos de Bogotá llevó a cabo una jornada de apostasía masiva, para facilitar el éxodo de la Iglesia Católica de todos aquellos que no son católicos. Hasta ahí, normal: la promoción de la renuncia a la Iglesia Católica es una tarea constante en el activismo por los derechos de los no-creyentes, pues nadie tendría que ser etiquetado como parte de una institución en la que no cree — especialmente, cuando esos números inflados se utilizan para promover leyes injustas y codificar el privilegio religioso en el ordenamiento jurídico.
A algún llorica con contactos le habrá sentado mal la campaña, porque esta llegó a oídos de la vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, que decidió responder a la campaña en Twitter, sin siquiera molestarse en averiguar de qué va: