Del 29 noviembre al 7 de diciembre se llevó a cabo el 159° Período de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Panamá. Es un hecho notable para cualquier persona legítimamente preocupada por los Derechos Humanos, pero resulta trascendental para los abanderados del laicismo pues fue la primera vez que hubo una audiencia relativa a la separación Estado-iglesias: la audiencia "Derechos humanos, Estado laico y morbimortalidad femenina en las Américas", que tuvo lugar el miércoles pasado en el hotel Radisson Decapolis en Ciudad de Panamá.
Para quienes nos preocupamos por el tema, es obvio que entre más se separen el Estado y las iglesias habrá mayor respeto por los derechos a la libertad religiosa y de cultos de todos —y lo contrario también es cierto: favorecer una o varias religiones atenta contra la igualdad ante la ley y contra libertad de los no suscritos a esa superstición particular—. ¡Es de perogrullo! Sin embargo, resulta excepcionalmente decepcionante enterarse que en las instancias internacionales de Derechos Humanos el laicismo es un concepto extraño y ajeno. 158 períodos de sesiones y nunca habían hablado sobre este tema — si alguien pensaba que ya se había dicho todo sobre los DDHH y que el tema estaba agotado, tal vez quiera reconsiderar. (Anteriormente se han denunciado violaciones de DDHH de inspiración religiosa y cometidas por servidores públicos, pero ninguna audiencia antes había tratado directamente sobre "laicismo".)
Aunque es inconcebible que un tema tan sustancial a los DDHH como el laicismo sea prácticamente desconocido para quienes más deberían estar versados sobre él, que ya haya habido una audiencia en la que es reconocido es un paso en la dirección correcta.
Aquí pueden ver cómo fue la audiencia en su totalidad: