El cardenal George Pell, el tercer funcionario más poderoso del Vaticano —tesorero de la Iglesia y asesor financiero del Papa— ha sido condenado en Australia por todos los cargos de haber abusado sexualmente de dos niños de coro a finales de los Noventa. Un jurado unánime emitió su veredicto el martes, después de más de tres días de deliberaciones.
El juicio se llevó a cabo bajo lo que el sistema jurídico australiano llama una restricción mordaza, ordenada por parte del juez — esta restricción, básicamente, impide que la prensa entre en el juzgado y, en consecuencia, que todos los detalles del juicio se hagan públicos; de hecho, en este caso los medios australianos tienen prohibido publicar nada sobre el caso, así que ya saben (guiño, guiño, codo, codo), sean juiciosos y no se les ocurra compartir esta noticia, no sea que seamos multados en Australia, o algo.