A la psicología evolucionista no le faltan malquerientes y detractores, pues sus postulados ofenden no sólo la superstición teísta, sino que también demuelen la superstición de la tabla rasa que, al igual que su contraparte religiosa, no deja de asomar la cabeza a pesar de haber sido rebatida exitosamente desde hace años.
Uno de los argumentos más populares contra la psicología evolucionista es que no es más sino una colección de cuentos o historias "precisamente para eso" (just so stories), o sea afirmaciones 'evolutivas' fabricadas para explicar diferentes comportamientos. Algo como "los seres humanos evolucionamos precisamente para eso". El corazón de este argumento radica en que la psicología evolucionista no estaría a la altura de cualquier disciplina científica que se respete, capaz de hacer predicciones, sino que en cambio es una colcha de retazos de explicaciones convenientemente confeccionadas ad hoc, después de descubierto el comportamiento — normalmente, una conducta que no está bien vista por la ortodoxia moral del siglo 21. Básicamente, es degradar la psicología evolucionista de campo científico respetable a filosofía.
Hay dos motivos por los que todos los que se han sumado a la cruzada contra la psicología evolucionista llevan las de perder —y en algunos casos hasta nos han dado la satisfacción de verlos hacer el ridículo en público—: primero, porque nunca se han molestado en sustentar empíricamente su afirmación; y segundo, porque en el instante en el que la psicología evolucionista ofrezca una predicción que luego sea confirmada por los datos, se termina el juego.
Pues bien, ese momento ha llegado — el profesor Laith Al-Shawaf de la Universidad de Colorado ha publicado cuatro ensayos sobre psicología evolucionista en los que ofrece explicaciones y despeja malentendidos sobre esta disciplina científica. El tercer artículo es precisamente sobre el poder predictivo de la psicología evolucionista, y está a rebosar de ejemplos de comportamientos que fueron predichos por la psicología evolucionista y luego confirmados empíricamente — el sitio La nueva Ilustración Evolucionista (que no puedo recomendar lo suficiente), tiene la versión en español completamente traducida; aquí un extracto (ligeramente editado para facilidad de lectura):