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lunes, 16 de septiembre de 2024

La mala ciencia de los microplásticos



Los microplásticos están de moda, y la comunidad científica los está encontrando hasta en la sopa: se han encontrado en el agua embotellada, en el cerebro, en los penes, en el semen, en el líquido amniótico, y hasta en las profundidades del océano.

¿Qué son los microplásticos? Al descomponerse, un producto plástico normal produce pequeñas partículas, llamadas microplásticos (fragmentos de cualquier tipo de plástico de menos de 5 mm de longitud) y nanoplásticos (que, dependiendo de la definición, tienen un tamaño inferior a 1 μm —es decir, 1000 nm— o inferior a 100 nm). Por economía del lenguaje, y para efectos de este post, al decir "microplásticos" vamos a referirnos a ambos tipos de partícula.

Además del detrimento medioambiental que pueden significar, los microplásticos también podrían suponer peligros para la salud humana y animal. Estas partículas pueden terminar en nuestros organismos al ingerir alimentos que los contengan, por inhalación y por contacto. Y se estima que los daños podrían ser físicos (si los microplásticos entran en las células), de disrupción endocrina (afectando la producción hormonal), y tóxicos (por acumulación de cosas que están en los microplásticos).

Esto hace que los hallazgos de microplásticos en todos los rincones de nuestra existencia pinten un panorama inquietante. ¿Qué tan preocupados deberíamos estar? Pues parece que en este punto del espacio-tiempo, la ciencia de los microplásticos no es tan definitiva como podría pensarse tras echarle un vistazo a los titulares. Este tema fue explorado inicialmente en el genial podcast The Studies Show, de Stuart Ritchie y Tom Chivers, y a partir de ahí empecé a tirar del hilo; y en líneas generales comparto las conclusiones del programa: puede que los microplásticos finalmente sí represente un verdadero problema de salud pública, pero por el momento no contamos con la evidencia necesaria para hacer afirmaciones de este calibre. Veamos.

Desafíos metodológicos


En particular, parece que el estudio de los microplásticos no es tan fácil como soplar y hacer botellas, así que los investigadores se han topado con problemas metodológicos que no son fáciles de resolver.

jueves, 27 de junio de 2024

El apicalipsis que no fue



En 2013, el periodista Bryan Walsh abrió las puertas al pánico con la publicación de un artículo de portada en la revista Time que anunciaba la inminente extinción de las abejas melíferas por culpa del desorden del colapso de las colonias (CCD), y la consecuente catástrofe que esto acarrearía — el hombre lo describía casi que como un evento de nivel apocalíptico.

Las respuestas al artículo fueron variadas. El periodismo mainstream dio por cierta la profecía sin detenerse a cuestionarla o investigarla, y replicaron sus premisas y conclusiones casi que copi-pegándolas, lo que sirvió para darle un barniz de mayor legitimidad (como si aparecer en Time no fuera suficiente) y propagar el miedo. Muchas personas se metieron de lleno en la apicultura, y empezaron a cultivar abejas melíferas con la intención de salvarlas (y salvar al mundo).

Por su parte, los pseudoambientalistas aprovecharon la situación para adelantar campañas contra los insecticidas neonicotinoides y los transgénicos, a pesar de que la relación entre estos y productos y el CCD era poco menos que inexistente. La campaña tuvo éxito; y la Unión Europea impuso una moratoria sobre los neonicotinoides. Una vez más la política publica había sido envenenada por la ideología, en vez de ser informada por la evidencia.

En aquel entonces señalamos que la mejor evidencia disponible apuntaba a que el CCD era ocasionado por el ácaro Varroa destructor, y que aunque el problema merecía atención, no era de las proporciones apocalípticas pintadas por Walsh, la prensa general, y los pseudoambientalistas.

¿En qué terminó todo una década después?

domingo, 12 de mayo de 2024

El Informe Cass



En Inglaterra se publicó hace unas semanas el Informe Cass, un reporte sobre los servicios de salud de género prestados a los jóvenes en ese país bajo el modelo de atención conocido como afirmación del género. Antes de adentrarnos en el informe, es necesario repasar el contexto que llevó a comisionar el mismo.

miércoles, 10 de abril de 2024

Por qué es erróneo decir "sexo asignado al nacer"



Esta es una traducción libre del artículo Why 'sex assigned at birth' is problematic and unscientific, por Alan Sokal y Richard Dawkins, publicado originalmente en el Boston Globe el 8 de abril de 2024

domingo, 17 de marzo de 2024

¿Es un mito que los hombres cazan más que las mujeres?



Durante años, en antropología primó la idea de que en las sociedades de cazadores-recolectores, la caza era llevada cabo en su mayoría por hombres, mientras que la labor de recolección era llevada a cabo en su mayoría por mujeres. Nada de malo en ello si así hubiera sido, pues ambas labores eran igual de importantes para esas sociedades. Y tampoco es una premisa implausible, en vista de que entre nuestros parientes los chimpancés se encuentra una división del trabajo similar, en la que los machos cazan en una mucho mayor proporción que las hembras. (Por favor, leamos bien: esto no significa que las hembras no cacen nunca, ni que los machos no hagan recolección nunca, sino que de media, hay una mayor proporción de uno y otro sexo en las respectivas actividades.)

En 2023 se publicó un paper (Anderson et al, 2023) que identificó 63 sociedades tradicionales y, tras un análisis estadístico, encontró que en el 79% de las sociedades analizadas, la caza era una actividad llevada a cabo en partes iguales por hombres y mujeres; en el 33% de los casos, las mujeres incluso cazaban presas de gran tamaño. En su estocada a la idea del hombre cazador, Anderson y sus coautoras se aseguraron de incluir una advertencia sobre el sesgo del investigador y cómo este puede moldear la interpretación de los datos.

Los titulares no se hicieron esperar — se había derribado el mito de la división del trabajo, que no era más que un sesgo de sexo, y un ejemplo de cómo la ciencia también podía sucumbir a los estereotipos sexistas (?). Publicaciones dedicadas exclusivamente a la ciencia como New Scientist, Scientific American y Science unieron su voz al coro que celebraba la presunta destrucción de un alegado mito que perpetuaba un supuesto machismo. De nuevo: yo no entiendo que se considere que una actividad es más chupiguay que la otra; no hay ninguna razón por la que cazar sea intrínsecamente mejor, o más valioso que recolectar, pero pues no parece que muchos se hayan dado a la tarea de cuestionar esa suposición — y parece más popular glorificar la caza que cuestionar su nivel de importancia. En fin.

A finales de febrero de 2024 se publicó la preimpresión de un nuevo paper (Venkatamaran et al, 2024) en el que 15 antropólogos expertos en sociedades de cazadores-recolectores examinaron el artículo de 2023 y encontraron errores fundamentales que le restan cualquier credibilidad.

Los expertos hacen varias críticas al paper de Anderson y sus colegas:

domingo, 14 de enero de 2024

Contenido chatarra: 'Somos lo que comemos'



Hace varios años dimos sepultura al género documental, porque los documentales pasaron de ser el registro y la transmisión fidedigna de los hechos, a volverse una manera de hacer propaganda y activismo.

No es que el fenómeno sea particularmente novedoso — por ejemplo, la impresentable arpía conocida como Teresa de Calcuta le debió su lanzamiento al estrellato a un 'documentarista' más interesado en el mercadeo que en los hechos. No obstante, la entrada en escena de Internet y las redes sociales facilitaron la explosión de los panfletos activistas travestidos de documentales, como las imposturas intelectuales de Zeitgeist, El mundo según Monsanto, La educación prohibida ó 9.70, por mencionar algunas.

La aparición de los servicios de streaming sólo podía servir para exacerbar el problema. Por eso no es de extrañar que uno de los primeros "documentales" de Netflix —si no el primero— haya sido la serie Making a Murderer (Fabricando a un asesino), que cuenta los 18 años que Steven Avery pasó en la cárcel por un crimen que no cometió, y luego el juicio y la condena por un asesinato que Avery sí habría cometido después de que hubiera recuperado su libertad; la serie, que retrata a Avery como alguien que habría sido condenado injustamente dos veces, omitió varias de las pruebas del segundo juicio que fueron determinantes en el veredicto, lo cual es bastante relevante en vista de las varias peticiones para que esta segunda condena también sea perdonada. El genero 'documental' se convirtió en una herramienta del activismo.

Un sector que desde muy temprano aprovechó los golpes de efecto y la manipulación emocional que se pueden conseguir en el cuarto de edición fue el del veganismo (y vegetarianismo), que no tiene escasez de pseudodocumentales satanizando la producción, comercialización y el consumo de carne. (Casi la totalidad de veganos que conozco tomaron la decisión de abandonar la carne después de ver uno o más de estos productos audiovisuales.). Así que tan sólo era cuestión de tiempo para que esta ideología nos fuera presentada con la etiqueta de 'documental' en los servicios de streaming.

Primero vino Game Changers, y luego, a principios de 2024, Netflix estrenó You Are What You Eat (Somos lo que comemos), una serie en la que le hacen seguimiento a cuatro pares de gemelos, de los que uno sigue un régimen veg mientras que el otro come una dieta que incluye carne; y, mira por dónde, el resultado al final de la serie es que los gemelos que comieron platillos veg son más "saludables" que los que comieron carne. Claro que esto tiene sus bemoles.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Rezar por los enfermos sigue sin funcionar



Seguimos acumulando evidencia de que rezar por los enfermos no sirve para nada.

En 2001 se publicó un estudio que siguió el desarrollo de 799 pacientes de la unidad de cuidados coronarios; un grupo de pacientes recibió oraciones de intercesión por cinco personas al menos una vez a la semana durante 26 semanas. La oración de intercesión no tuvo un efecto significativo en los resultados médicos.

En 2006 se publicó un estudio que analizaba los efectos terapéuticos de las plegarias por pacientes de cirugía de bypass coronario alojados en seis hospitales diferentes. Los pacientes fueron divididos en tres grupos: al primer y segundo grupos de pacientes les dijeron que tal vez se elevarían plegarias por ellos; a los pacientes del tercer grupo se les dijo que definitivamente habría plegarias por ellos. El estudio contó con la colaboración de tres iglesias cristianas que sólo rezaron por los pacientes del primer grupo. Resulta que no hubo diferencias significativas entre los pacientes de ninguno de los tres grupos, dejando meridianamente claro que las plegarias ofrecidas por muchas personas no tienen absolutamente ningún beneficio sobre la salud de los demás.

Luego, en 2009 Cochrane publicó un metaanálisis de 10 ensayos controlados aleatorizados de oración por las mejoras de salud, y encontraron que no hubo un efecto de la oración de intercesión sobre la muerte, ni significación estadística, tampoco hubo diferencias significativas entre los grupos; no se encontró que rezar tuviera efecto alguno sobre el reingreso a la Unidad de Cuidados Coronarios y la oración intercesora tampoco tuvo efecto en la re-hospitalización. Mejor dicho, rezar por alguien no tiene ningún efecto en su salud.

Esos resultados fueron confirmados en 2021, con otro estudio que analizó las plegarias que las congregaciones católicas hacen por la salud de su respectivo obispo —una práctica rutinaria en la misa—. El estudio comparó la longevidad de 857 obispos católicos, 500 sacerdotes católicos y 3.038 profesores universitarios masculinos de seis países. Los resultados fueron que los obispos y sacerdotes no viven por más tiempo que los profesores universitarios.

Ahora, un grupo de investigadores ha llevado a cabo un estudio sobre el rezo de intercesión por los enfermos de Covid-19, y basta con decir que nadie se ha llevado ninguna sorpresa:

martes, 12 de septiembre de 2023

La relación entre inteligencia artificial y baja religiosidad



Un hecho que parece contraintuitivo es que en el siglo 21 ha habido un declive mundial en religiosidad, un dato que automáticamente hace que el mundo sea mejor de lo que era a principios del siglo.

Ahora, un paper publicado a finales de agosto encontró una correlación entre la reducción de religiosidad y el entrar en contacto con tecnologías de automatización — como la robótica y la inteligencia artificial (IA).

Del reporte en BigThink:

viernes, 7 de julio de 2023

La IARC va por el aspartame



¡Oh-oh! La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer, IARC) lo ha hecho de nuevo — a finales de junio publicaron su clasificación del aspartame en la categoría 2B, "posiblemente cancerígeno para los seres humanos", y no hubo escasez de notas periodísticas advirtiendo sobre el endulzante artificial. No es la primera vez que la IARC induce a error al público general, y dudo mucho que sea la última.

sábado, 24 de junio de 2023

La subversión ideológica de la biología



Esta es una traducción libre del artículo The Ideological Subversion of Biology, por Jerry Coyne y Luana Maroja, publicado originalmente como artículo principal del Volumen 47 # 4 de Skeptical Inquirer, en su edición para Julio/Agosto 2023

jueves, 20 de abril de 2023

Tu granito de arena contra el cambio climático



El cambio climático es una amenaza existencial para la raza humana y muchas de las especies con las que compartimos el planeta, así que no es infrecuente encontrar hábitos y cambios en los estilos de vida que muchas personas han adoptado con el fin de poner su granito de arena contra el cambio climático.

Muy seguramente todos nosotros hemos hecho uno o varios de estos intentos por reducir nuestro impacto en el cambio climático: apagar las luces cuando salimos de una habitación, usar pitillos de metal en vez de plásticos, pedir el café en taza de porcelana en vez de vaso de papel, eliminar el uso de las bolsas plásticas, poner la lavadora con agua fría, tomar duchas más cortas, renunciar a la carne, comprar 'orgánico', no tener hijos, renunciar al carro particular, utilizar transporte público, comprar carro eléctrico, evitar productos en bandejas de icopor (poliestireno), y más.

Pero, ¿qué tanto impacto se reduce con estos pequeños sacrificios? Aunque no seré yo quien diga qué estos cambios no tienen ningún impacto, es razonable afirmar qué estos cambios en el estilo de vida, aunque muchos de ellos son loables, no van a contrarrestar de manera significativa la cantidad de gases efecto invernadero que estamos liberando actualmente.

Consideremos los hechos: la especie humana pone 162 millones de toneladas de dióxido de carbono cada día en la atmósfera, y el calentamiento extra acumulado es el equivalente al que se produciría al estallar 600.000 bombas atómicas como la de Hiroshima cada día. No es exagerado decir que es bastante. La gira de tuerca resulta ser que apenas 100 empresas son responsables de más del 70% de los gases efecto invernadero producidos.

O sea, cualquier estilo de vida que uno adopte tendrá un impacto positivo de más o menos el promedio de lo que uno entre ocho mil millones de personas haría sobre menos del 30% del calentamiento global — y eso es precisamente lo que han encontrado los estudios que han analizado el impacto de los cambios de comportamiento y hábitos que las personas asumen para reducir su huella ecológica: estos cambios no generan ningún impacto significativo en las emisiones de gases efecto invernadero.

En español castizo y coloquial, esto significa que mientras no se contrarreste a gran escala la producción de gases efecto invernadero, no hay ninguna cantidad de cambios en el estilo de vida y adopción de hábitos eco-amigables que puedan hacer mella en la velocidad con la que se está calentando el planeta , ni siquiera si fueran a ser adoptados de manera masiva, inmediata y permanente.

La triste realidad es que en el gran esquema de las cosas, el mayor logro que han conseguido los granitos de arena individuales mencionados arriba es el de hacerle creer a sinnúmero de personas que estaban contribuyendo a solucionar el problema cuando, puestos a hacer cuentas, en el mejor de los casos lo que realmente estaban haciendo era sacrificar algunas cosas y sentirse mejor consigo mismos.

Una conclusión equivocada de esto sería que entonces no hay cosas que podamos hacer — por supuesto que hay maneras en las cuales podemos aportar para contrarrestar el cambio climático a una escala en la que sí se consigan contrarrestar efectivamente la cantidad de gases efecto invernadero que se producen actualmente. Esos granitos de arena básicamente consisten en votar para crear, adoptar e implementar políticas públicas sistemáticas que contrarresten de manera significativa del cambio climático.

¿Qué políticas públicas servirían para este fin?

sábado, 15 de abril de 2023

La confusión de la mente moderna: Parte II



Esta es una traducción libre del artículo The Muddling of the American Mind: Part II, por Andy Lewis. El artículo fue publicado en Quackometer el 22 de marzo de 2023


sábado, 8 de abril de 2023

La confusión de la mente moderna: Parte I



Esta es una traducción libre del artículo The Muddling of the American Mind: Part I, por Andy Lewis. El artículo fue publicado en Quackometer el 23 de julio de 2022


domingo, 26 de marzo de 2023

Las predicciones de la psicología evolucionista



A la psicología evolucionista no le faltan malquerientes y detractores, pues sus postulados ofenden no sólo la superstición teísta, sino que también demuelen la superstición de la tabla rasa que, al igual que su contraparte religiosa, no deja de asomar la cabeza a pesar de haber sido rebatida exitosamente desde hace años.

Uno de los argumentos más populares contra la psicología evolucionista es que no es más sino una colección de cuentos o historias "precisamente para eso" (just so stories), o sea afirmaciones 'evolutivas' fabricadas para explicar diferentes comportamientos. Algo como "los seres humanos evolucionamos precisamente para eso". El corazón de este argumento radica en que la psicología evolucionista no estaría a la altura de cualquier disciplina científica que se respete, capaz de hacer predicciones, sino que en cambio es una colcha de retazos de explicaciones convenientemente confeccionadas ad hoc, después de descubierto el comportamiento — normalmente, una conducta que no está bien vista por la ortodoxia moral del siglo 21. Básicamente, es degradar la psicología evolucionista de campo científico respetable a filosofía.

Hay dos motivos por los que todos los que se han sumado a la cruzada contra la psicología evolucionista llevan las de perder —y en algunos casos hasta nos han dado la satisfacción de verlos hacer el ridículo en público—: primero, porque nunca se han molestado en sustentar empíricamente su afirmación; y segundo, porque en el instante en el que la psicología evolucionista ofrezca una predicción que luego sea confirmada por los datos, se termina el juego.

Pues bien, ese momento ha llegado — el profesor Laith Al-Shawaf de la Universidad de Colorado ha publicado cuatro ensayos sobre psicología evolucionista en los que ofrece explicaciones y despeja malentendidos sobre esta disciplina científica. El tercer artículo es precisamente sobre el poder predictivo de la psicología evolucionista, y está a rebosar de ejemplos de comportamientos que fueron predichos por la psicología evolucionista y luego confirmados empíricamente — el sitio La nueva Ilustración Evolucionista (que no puedo recomendar lo suficiente), tiene la versión en español completamente traducida; aquí un extracto (ligeramente editado para facilidad de lectura):

martes, 14 de marzo de 2023

¿Existen más de dos sexos?



Esta es una traducción libre del artículo Are There More Than Two Sexes?, por Colin Wright. El artículo fue publicado en City-Journal el 2 de marzo de 2023.

viernes, 5 de agosto de 2022

Divulgadora científica se suicida por acoso de grupos anticiencia



Por el blog del Dr. Edzard Ernst me entero de la muerte de la Dra. Lisa-Maria Kellermayr, quien se quitó la vida tras volverse el blanco de campañas de matoneo y acoso por parte de grupos antivacunas y negacionistas del Covid, por su pasión por divulgar ciencia:

martes, 28 de junio de 2022

Muerte por homeopatía



En India, el mejunje homeopático Arsenicum Album 30C (AA30) es preparado a partir de trióxido de arsénico, una sustancia altamente tóxica con el potencial de causar lesiones agudas y crónicas en múltiples sistemas orgánicos, principalmente en la piel, los pulmones, el hígado y los riñones. El preparado se prescribe muy liberalmente a adultos y niños, como un supuesto potenciador del sistema inmune, que presuntamente ayudaría a prevenir las infecciones por COVID-19.

Un grupo de investigadores presentó tres casos de lesión hepática aguda, que condujeron a la muerte de un paciente con cirrosis por esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) subyacente, tras el consumo de AA30 para la prevención del COVID-19:

lunes, 20 de junio de 2022

Las plegarias por salud y los enfermos no sirven



El tema de la plegaria posiblemente sea el ejemplo más claro entre las abundantes y exquisitas contradicciones internas de las teologías cristiana y católica — si se cree en un dios que tiene un Plan Divino, la oración ciertamente sobra, pues todo va de acuerdo al plan (ese tumor, el accidente que dejó huérfana a una familia, el no poder pagar las cuentas a fin de mes...). En cambio, si la oración sirviera de algo, pues no es muy brillante esa deidad, que pudiéndolo todo y sabiéndolo todo, igual puede venir el primer manteco a cambiarle los planes sólo porque lo pide mucho, muchito. Ya decía George Carlin que es un poco presumido esperar que dios cambie tooooodo su Plan Divino sólo porque uno cree que tiene una mejor idea de cómo deberían ser las cosas.

Afortunadamente nos podemos ahorrar las sesiones de filosofía, pues contamos con estudios científicos rigurosos y metodológicamente robustos sobre las plegarias. Veamos.

El primer estudio al respecto se publicó en 2006, y analizaba los efectos terapéuticos de las plegarias por pacientes de cirugía de bypass coronario alojados en seis hospitales diferentes. Los pacientes fueron divididos en tres grupos: al primer y segundo grupos de pacientes les dijeron que tal vez se elevarían plegarias por ellos; a los pacientes del tercer grupo se les dijo que definitivamente habría plegarias por ellos. El estudio contó con la colaboración de tres iglesias cristianas que sólo rezaron por los pacientes del primer grupo.

Para sorpresa de nadie, no hubo diferencias significativas entre los pacientes de ninguno de los tres grupos, dejando meridianamente claro que las plegarias ofrecidas por muchas personas no tienen absolutamente ningún beneficio sobre la salud de los demás.

En 2017, la Cochrane revisó 17 ensayos controlados aleatorizados, y su metaanálisis llegó a la conclusión de que no hubo diferencias significativas de la oración de intercesión sobre las muertes, el estado clínico general, el reingreso a la Unidad de Cuidados Coronarios, ni sobre la re-hospitalización.

El tercer estudio con el que contamos es uno que analizó las plegarias que las congregaciones católicas hacen por la salud de su respectivo obispo —una práctica rutinaria en la misa—. El estudio comparó la longevidad de 857 obispos católicos, 500 sacerdotes católicos y 3.038 profesores universitarios masculinos de seis países. Los resultados indican que los obispos y sacerdotes no viven por más tiempo que los profesores universitarios.

Supongo que son noticias un tanto incómodas para los adoradores del zombie judío, en cualquiera sus sectas: o están adorando a la deidad equivocada, o igual a su deidad le trae al pairo si le ruegan por la salud o la vida de un ser querido. Qué curioso — ¡es casi como si el dios cristiano-católico no existiera!

¿Alguien quiere aventurar qué contorsiones de gimnasia mental veremos para conciliar todo esto? Mi apuesta es que incluso los creyentes más bien cuerdos seguirían elevando plegarias por los enfermos —o haciendo toda la pantomima como si lo hicieran— porque les sirve como señalización de virtud, incluso si ellos mismos no se lo creen, y no pueden ofrecer una explicación coherente.

(vía Center for Inquiry | imagen: Ben White)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio | ¿Te ha gustado este post? Síguenos o apóyanos en Patreon para no perderte las próximas publicaciones

miércoles, 8 de junio de 2022

Agencia Europea de Químicos no encuentra que glifosato cause cáncer o riesgos reproductivos



Para los lectores habituales del blog, la noticia de que un estudio metodológicamente serio y riguroso no halló evidencia de que el glifosato cause cáncer o abortos no será tremendamente nueva, y tal vez quieran empezar este post dos párrafos más abajo. Para los lectores más nuevos, una pequeña introducción: hace unos años, la IARC publicó un estudio con tantos errores como para detener un cohete en el que concluía que el glifosato era probablemente cancerígeno — desde entonces, un nutrido número de organismos de investigación, investigadores independientes y agencias reguladoras han fallado sistemáticamente en reproducir esos resultados, cuando han llevado a cabo estudios bien diseñados. Entre quienes no han podido encontrar que el glifosato cause cáncer se encuentran la EFSA, la FAO, la OMS —de la que la propia IARC hace parte (!)—, la EPA neozelandesa, y el Grupo de Evaluación del Glifosato de la Unión Europea (AGG).

Para completar, en Colombia hizo carrera un 'estudio' tan defectuoso como el de la IARC, que concluía que el glifosato causaba abortos. Esta idea también fue puesta a prueba en algunos de los papers metodológicamente robustos ya mencionados, y no se encontró evidencia que la respalde, así que ha sido descartada... al menos por quienes se toman la ciencia en serio; aunque esta conclusión incómoda es ignorada rutinariamente por ciertos periodistas 'científicos' e impulsores de políticas públicas que se guían más por la ideología que por la evidencia. Ahora sí, ya todos al día.

Pues mira por dónde, que la Agencia Europea de Químicos (ECHA) también puso a su Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) a analizar el glifosato, y tampoco encontraron que haya méritos para justificar un cambio en su nivel de riesgo, como se desprende de su comunicado de prensa:

martes, 24 de mayo de 2022

Los círculos del Sahara



En junio de 2021, un usuario en Reddit preguntó sobre unas marcas inexplicables e indocumentadas en el desierto de Argelia, que había encontrado en Google Earth, aisladas de cualquier centro de actividad humana. Las marcas consisten en un punto con 12 nodos a su alrededor, como un reloj, y todavía pueden ser vistas en Google Maps.

Como ya ha ocurrido antes con los círculos de las cosechas y las pirámides, no han faltado entusiastas de lo paranormal y/o extraterrestre que ante la ausencia de atribución fueron soltando sus fábulas preferidas, para luego aferrarse a ellas como un clavo ardiendo cuando aparece la hipótesis con un mucho mayor poder explicativo.

Y ahora tenemos una muy buena explicación de los círculos en el desierto del Sahara, cortesía del equipo de investigación del portal semiperiodístico Vox — para sorpresa de nadie con uso de sus facultades críticas, la explicación es más bien humana y mundana, antes que extraterrestre y paranormal: