Uno de los triunfos de las sociedades modernas es que alcanzaron a instituir organizaciones internacionales que velaran por los derechos humanos.
Con el avance del multiculturalismo y su sistemática destrucción de los valores ilustrados, esas organizaciones se han acogido al dogma de que los derechos de las personas no son universales sino que dependen de en dónde nazcan y en qué cultura. Como lo explica Maryam Namazie, Human Rights Watch también ha sido desvirtuado en este proceso y ahora son una organización repugnante:
Con el avance del multiculturalismo y su sistemática destrucción de los valores ilustrados, esas organizaciones se han acogido al dogma de que los derechos de las personas no son universales sino que dependen de en dónde nazcan y en qué cultura. Como lo explica Maryam Namazie, Human Rights Watch también ha sido desvirtuado en este proceso y ahora son una organización repugnante: