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miércoles, 8 de junio de 2022

Agencia Europea de Químicos no encuentra que glifosato cause cáncer o riesgos reproductivos



Para los lectores habituales del blog, la noticia de que un estudio metodológicamente serio y riguroso no halló evidencia de que el glifosato cause cáncer o abortos no será tremendamente nueva, y tal vez quieran empezar este post dos párrafos más abajo. Para los lectores más nuevos, una pequeña introducción: hace unos años, la IARC publicó un estudio con tantos errores como para detener un cohete en el que concluía que el glifosato era probablemente cancerígeno — desde entonces, un nutrido número de organismos de investigación, investigadores independientes y agencias reguladoras han fallado sistemáticamente en reproducir esos resultados, cuando han llevado a cabo estudios bien diseñados. Entre quienes no han podido encontrar que el glifosato cause cáncer se encuentran la EFSA, la FAO, la OMS —de la que la propia IARC hace parte (!)—, la EPA neozelandesa, y el Grupo de Evaluación del Glifosato de la Unión Europea (AGG).

Para completar, en Colombia hizo carrera un 'estudio' tan defectuoso como el de la IARC, que concluía que el glifosato causaba abortos. Esta idea también fue puesta a prueba en algunos de los papers metodológicamente robustos ya mencionados, y no se encontró evidencia que la respalde, así que ha sido descartada... al menos por quienes se toman la ciencia en serio; aunque esta conclusión incómoda es ignorada rutinariamente por ciertos periodistas 'científicos' e impulsores de políticas públicas que se guían más por la ideología que por la evidencia. Ahora sí, ya todos al día.

Pues mira por dónde, que la Agencia Europea de Químicos (ECHA) también puso a su Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) a analizar el glifosato, y tampoco encontraron que haya méritos para justificar un cambio en su nivel de riesgo, como se desprende de su comunicado de prensa:

martes, 22 de junio de 2021

Glifosato no es cancerígeno, concluye exhaustivo estudio



Desde 2015 venimos luchando con la mentira de que el glifosato causa cáncer — esta es una idea tan popular como falsa, que una apabullante cantidad de periodistas de salud y ciencia han abrazado y promulgado sin preocuparse por hacer una ponderación de toda la evidencia: en 2015, un estudio plagado de errores metodológicos y del que se suprimieron hallazgos, usando un sistema de clasificación paquidérmico, concluyó que el glifosato era un posible cancerígeno (su nivel de riesgo fue clasificado al mismo nivel que el del café, los celulares, el extracto de aloe vera, los vegetales conservados, el carbón de leña, y ser peluquero), y a pesar de que desde entonces se han llevado a cabo toneladas de estudios por parte de entidades reguladoras y organismos independientes, ninguno de los cuales encontró que el glifosato fuera cancerígeno, la prensa supuestamente especializada sigue promoviendo la idea infundada de que el glifosato causa cáncer.

El tema no es baladí, pues el estudio metodológicamente defectuoso de la IARC ha sido usado como argumento para sustentar proyectos de ley y políticas públicas. En Colombia, el entonces Ministro de Salud pidió que se detuvieran las aspersiones de cultivos de droga con el herbicida (una decisión acertada por razones equivocadas). En 2018, Bélgica prohibió el glifosato, y en 2020 Luxemburgo hizo lo propio.

Después del 'estudio' de la IARC, la Unión Europea creó el Grupo de Evaluación del Glifosato (AGG, su sigla en inglés), compuesto por las entidades reguladoras de Países Bajos, Francia, Hungría y Suecia — después de analizar todos los estudios sobre glifosato que pudieron encontrar, el grupo publicó la semana pasada el borrador de sus hallazgos (más de 11.000 páginas) y, bueno, parece que sólo la IARC, cometiendo errores metodológicos, ha sido capaz de encontrar la elusiva evidencia de que el glifosato causa cáncer:

sábado, 9 de marzo de 2019

Señor, hay rastros de glifosato en su bebida cancerígena



A finales de febrero, U.S. PIRG —una organización que dice hacer activismo por los consumidores— publicó un informe en el que afirmaba haber encontrado rastros de glifosato en vinos y cervezas. Los brazos de propaganda anti-glifosato, en ocasiones disfrazados de periodismo científico o de salud, se apresuraron a reproducir las partes más explosivas del informe, que confirmaban su postura ideológica, y aprovecharon para volver a condenar su odiado glifosato, sin detenerse a analizar siquiera por dos segundos. De lo contrario, no habría habido necesidad de escribir este post, pero pues aquí estamos.

Todo el asunto es absurdamente irónico: el principal argumento de estas piezas que saturaron Internet y estaban a la orden del día para compartir en redes sociales giraba entorno a la supuesta relación entre cáncer y glifosato, pero resulta que la mejor evidencia disponible apunta a que el glifosato no causa cáncer. Que el propio informe del U.S. PIRG dijera, además, que la cantidad de glifosato que se había rastreado era ínfima no dio ni para una nota al pie de página. Aunque si de ignorar hechos incómodos se trata, el premio se lo tienen que repartir a partes iguales entre todos los que se apresuraron a publicar sobre estos resultados, y que se dejaron por fuera que el licor es cancerígeno por sí mismo — incluso consumir una sola gota aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.

viernes, 12 de octubre de 2018

Juez anulará millonaria condena a Monsanto



Hace dos meses, los magufos alrededor del mundo salieron a celebrar porque un jurado en California condenó a Monsanto-Bayer a pagar casi $ 300 millones de dólares por daños al jardinero Dewayne Johnson porque supuestamente su marca de glifosato, el RoundUp, le habría causado cáncer. En su momento señalamos que la relación causal entre glifosato y cáncer no está soportada por la evidencia, y que la opinión un jurado no reemplaza los estudios revisados por pares y publicados en revistas indexadas de amplia trayectoria y alto factor de impacto.

No importó. Es más, los abogados de Johnson habían alegado que el cáncer no era causado por el glifosato en general, sino específicamente por el de Monsanto — de nuevo, sin evidencias. Y de nuevo, no importó: para los activistas, que 12 personas equis sin ningún entrenamiento científico consideraran que una marca de glifosato causa cáncer equivalía a la prueba reina de que todo el glifosato causa cáncer. Vamos, que fue una orgía de razonamiento motivado y sesgo de confirmación buenrollista.

Según informa Associated Press, la Juez del Tribunal Superior de San Francisco Suzanne Bolaños está considerando anular la sentencia del jurado porque —como señalamos los escépticos—, no hay evidencia de que el glifosato cause cáncer:

domingo, 12 de agosto de 2018

El glifosato sigue sin causar cáncer



La magufada está alborotada porque un juzgado en California condenó a Monsanto-Bayer a pagar 250 millones de dólares en daños punitivos y otros 40 millones en daños compensatorios a un antiguo jardinero de colegio que demandó a la multinacional por, presuntamente, haber causado su linfoma no Hodgkin con su producto de glifosato, RoundUp.

El acto reflejo del sesgo de confirmación entre los magufos fue inmediato: según ellos, la condena es señal de que siempre tuvieron razón acerca de que el glifosato es cancerígeno... pero va a ser que no.

sábado, 21 de octubre de 2017

En revisión de glifosato, agencia de OMS suprimió hallazgos "no cancerígenos"



En marzo de 2015, la International Agency for Research on Cancer (IARC, agencia del cáncer de la OMS) clasificó el glifosato como probablemente cancerígeno, en un reporte que estuvo colmado de 'errores' metodológicos: allí, la IARC ignoró varios estudios que no confirmaban sus conclusiones, tergiversó algunos estudios que sí tuvo en cuenta pero que llegaban a conclusiones diferentes a las suyas y, para completar, incluyó estudios falsos entre los que sí tomó en cuenta.

Luego vinieron las revisiones de la EFSA, la Reunión Conjunta sobre Residuos de Pesticidas de la FAO y la propia OMS, y de la Agencia de Protección Ambiental de Nueva Zelanda, que no encontraron ninguna relación entre cáncer y glifosato... conclusión a la que mucho antes había llegado la EPA americana.

Ahora, la trama se complica — con documentos revelados en una corte de EEUU que muestran las versiones de borrador del reporte, Reuters encontró que la IARC suprimió hallazgos que contradecían su conclusión de relación entre cáncer y glifosato:

miércoles, 17 de agosto de 2016

Nueva revisión no halló relación glifosato-cáncer



La Agencia de Protección Ambiental de Nueva Zelanda revisó la mejor evidencia disponible y no halló datos que permitan suponer una relación causal entre glifosato y cáncer:

miércoles, 18 de mayo de 2016

30 años de cultivos transgénicos: qué sabemos



La National Academies Press acaba de publicar un informe de 420 páginas sobre transgénicos en los últimos 30 años. El reporte se basa en informes anteriores, publicados entre 1987 y 2010, y lleva a cabo un examen retrospectivo de los supuestos efectos positivos y negativos de los cultivos transgénicos.

El reporte resulta ambiguo y también podría ser de interés para los antitransgénicos, pues cada conclusión viene con salvedades y matizaciones que siempre vienen bien a las agendas anticientíficas.

En GENeS ofrecen un resumen de los principales resultados.

martes, 17 de mayo de 2016

FAO y OMS descartan que glifosato sea cancerígeno por consumo en dieta



Entre el 9 y el 13 de mayo, los equipos de expertos de la FAO y la OMS llevaron a cabo una Reunión Conjunta sobre Residuos de Pesticidas (JMPR) para reevaluar completamente el diazinón, el malatión y el glifosato, en vista de que había un gran número de nuevos estudios disponibles desde las últimas evaluaciones completas.

El informe sumario ya está disponible y esto es lo que se concluyó sobre glifosato:

domingo, 6 de marzo de 2016

Que no, el glifosato no causa abortos



Desde hace años hay una campaña de satanización del glifosato, sin embargo, el tema no se ha quedado en los círculos conspiranóicos sino que ha infectado la academia, la ciencia y la política pública. En la academia, el tema trascendió con el 'estudio' de Daniel Mejía y Adriana Camacho, que pretendía vincular el glifosato con abortos pero, mal que les pese, su 'estudio' tiene más fallas que Windows 95.

viernes, 13 de noviembre de 2015

El glifosato no es cancerígeno



En marzo, la IARC clasificó el glifosato como probablemente cancerígeno. Muchos miraron de cerca el reporte y encontraron que estaba petado de errores metodológicos.

En pocas palabras, el reporte ignoró todos los estudios que descartaron la relación glifosato-linfoma, tergiversó los estudios que sí tuvo en cuenta y utilizó estudios falsos.

Ahora, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) revisó los datos y encontró que el glifosato no es cancerígeno:

lunes, 3 de agosto de 2015

No hay rastros de glifosato en leche materna



Parece que los enemigos ideológicos del glifosato quieren vincular el herbicida con efectos adversos para la salud reproductiva a como dé lugar.

Por ejemplo, hace dos años, Daniel Mejía Londoño y Adriana Camacho publicaron un 'estudio' (no revisado por pares, ni publicado en una revista indexada de amplia trayectoria) que concluía que la exposición al glifosato causaba abortos — el 'estudio' tiene errores metodológicos como para detener un tren —yo no puedo sacudirme la idea de que es motivado ideológicamente—. (Inexplicablemente, luego de esto, Londoño fue nombrado en la Comisión de Drogas de The Lancet.)

martes, 7 de julio de 2015

Llega el tercer 'estudio' de Séralini



Primer 'estudio' de Gilles-Eric Séralini — sobre maíz transgénico y ratones, usó ratas propensas a desarrollar tumores y cometió tantos defectos metodológicos que el artículo fue retirado. (Luego, el 'estudio' fue republicado en un journal de muy bajo Factor de Impacto, y sin ser revisado por pares)

Segundo 'estudio' de Séralini — otro artículo igual de metodológicamente defectuoso, que concluyó (y buscaba concluir) que los pesticidas eran más tóxicos de lo que dice la ciencia, y que el criterio de las agencias regulatorias estaba mal — la pseudociencia da para respaldar cualquier gilada.

Ahora llega su tercer 'estudio', que miró la comida que se le da a las ratas de laboratorio en los ensayos con alimentos transgénicos. Sus 'hallazgos':

viernes, 12 de junio de 2015

Ronda de links (III)



Seguimos probando la idea de la ronda de links y ya tenemos suficientes para esta entrega.

viernes, 1 de mayo de 2015

Comer sin miedo — lo que los ecologistas no quieren que sepas



El año pasado, se publicó Comer sin miedo de JM Mulet —el hombre es una máquina, ese libro bien no ha llegado a Colombia y ¡ya publicó otro para la lista: Medicina sin engaños!—.

Pues el portal argentino Punto Biz recogió las 20 verdades para comer sin miedo no aptas para ecologistas, que recopilo a continuación:

martes, 28 de abril de 2015

Ministerio de Salud pide detener aspersiones de glifosato... por las razones equivocadas



Hace unos días, la IARC reclasificó el glifosato como probablemente cancerígeno (2A), causando la euforia de millones de enemigos ideológicos del glifosato (que celebraron cuando su supuesto mayor miedo parecía ser confirmado [?]).

Ahora, el Ministerio de Salud le ha pedido al Consejo Nacional de Estupefacientes que suspenda la aspersión aérea de glifosato, invocando supuestos riesgos para la salud:

domingo, 6 de abril de 2014

¿El glifosato causa la enfermedad celíaca?



Por el Dr. Peter Ollins:

martes, 18 de febrero de 2014

No, el glifosato no causa abortos



Desde hace unos meses, en Colombia ronda un 'estudio' de Daniel Mejía Londoño y Adriana Camacho que probaría que la aspersión de cultivos de coca con glifosato causa abortos y daños a la salud humana.

Sin embargo, el 'estudio' de Mejía y Camacho [PDF] enfrenta varios hechos incómodos que hacen que esté, cuando menos, equivocado.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Glifosato, soya y mala ciencia


2014 no habría empezado realmente sin un 'estudio' antitransgénico como el de Bøhn et al con soya.

Amelia Jordan ha escrito esta reseña crítica al respecto:

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Mala ciencia en Semana



En una alarmista nota sobre la muerte de las abejas, el periodista de Semana metió una cuña antitransgénica ya desechada: