Para nadie es un secreto que en Colombia la ciencia y su método son vistos con desprecio, desconfianza y desdén, cuando no directamente odio. Esto tiene todo tipo de repercusiones, como el hecho de que Colciencias sea más bien un fortín burocrático, o que la ciencia encuentre enconados enemigos dentro de la propia academia —muchas veces más interesada en una agenda política que en el conocimiento—.
Y pues la literatura no es la excepción — a pesar de que para muchos no es intuitiva, existe una relación entre la ciencia y la ciencia ficción (d'uh!) que va más allá del nombre.
Mi amigo Javier Velásquez exploró esa relación y las similitudes en el tratamiento de la ciencia y la ciencia ficción en el artículo Una nación donde la ciencia ficción es utopía, que fue publicado en la revista LSD6 — aquí un extracto: