Como advertimos hace unas semanas, en Colombia cada vez gana más fuerza el cristianismo evangélico, que pretende infectar todas las políticas públicas con su intolerancia y discriminación, y hacer que retroceda el escaso y maltrecho progreso que se ha hecho en cuanto a libertades individuales en el país.
La Silla Vacía (LSV) tiene dos artículos sobre este fenómeno: uno antes del plebiscito, y otro que publicaron ayer tras la renuncia de la ministra Gina Parody, indicando que sería la primera victoria política del movimiento.