Cuando expliqué cómo la ideología de la Justicia Social™ arruinó el ateísmo señalé que esta doctrina tiene la anatomía de una teoría de la conspiración. A mí en particular me llaman la atención sus hipótesis infalsables — cualquier dato que ponga en duda su veracidad es tratado como inexistente o directamente como algo deliberado por parte de los conspiradores (que en el caso de la Justicia Social™ sería la amalgama de personas, instituciones y grupos "poseedores de privilegio").
Me acordé de esto porque el Centro para la Investigación Antirracista que la Universidad de Boston estableció para que fuera dirigido por el activista Ibram X Kendi, con una subvención de 43 millones de dólares, acaba de hacer un despido masivo de personal entre acusaciones de mala gestión de fondos y desorganización.
Con motivo de este suceso el escritor Gurwinder Bhogal hizo unas ediciones menores y republicó su artículo de por qué creía que el proyecto del antirracismo fracasaría — allí, Bhogal pone de manifiesto cómo esta modalidad de lucha contra el racismo se convirtió en la teoría de la conspiración que hoy implosiona: