En Canadá, un caso de adoctrinamiento religioso fue resuelto de manera casi satisfactoria. Resulta que una madre soltera quería que los abuelos paternos de su hija estuvieran en la vida de esta, pero cambió de opinión cuando se dio cuenta que ellos aprovechaban para adoctrinarla en su religión —los testigos de Jehová— y después de que la madre les pidió que dejaran de hacerlo, siguieron haciéndolo como si nada.
La madre les prohibió ver a la niña, así que los abuelos demandaron... ¡y perdieron!