Desde hace más de 10 años sabemos que el algodón modificado genéticamente para producir las proteínas insecticidas de la bacteria Bacillus thuringiensis —o algodón Bt— ha mejorado los rendimientos, los ingresos y la calidad de vida de los campesinos en países como Burkina Faso, India y China, a la vez que ha reducido el uso e impacto de los pesticidas en los cultivos.
En estos días ha habido reportes de otros dos países que han visto los beneficios de abrazar la ciencia y la tecnología — Australia y Kenia.