Alguna vez, Rodolfo Llinás contó que había jugado con un estimulador magnético transcraneal y, mediante estimulación magnética en la parte superior de su cabeza, había movido su pie sin haber pensado en ello — una experiencia que apunta a la inexistencia del libre albedrío (concepto que ya cuenta con bastante evidencia en su contra).
En Los ángeles que llevamos dentro, en el capítulo 'Demonios interiores', Steven Pinker ofrece dos ejemplos más que apuntan a las bases físicas (y biológicas) de nuestra conducta y emociones (págs. 635-636):