martes, 30 de julio de 2024

La cultura de la cancelación perjudica a los trabajadores



Hace unos días, Chemazdamundi publicó su respuesta a quienes le reclaman que no critica los disparates de la izquierda posmoderna, lo woke. Su argumento es que el tema no es de su interés particular, que hay temas más relevantes como la Economía, y que a fin de cuentas es un debate sobredimensionado del que se han aprovechado los machistas para disfrazar su intolerancia como una lucha contra los despropósitos woke. Una buena cantidad de razón no le falta: "Me he tirado años de pancarta y sindicalismo para pelear por más y mejores condiciones laborales como para que ahora me vengan los dos bandos a decirme que no, que lo importante es el lenguaje inclusivo o combatir el lenguaje inclusivo".

Hay, sin embargo, una categoría de temas woke que son más que triviales perdederas de tiempo o placebos de justicia, y que se prestan para atentar directamente contra los derechos de la ciudadanía o segmentos de la misma. El lenguaje incluyente perfectamente puede estar muy abajo en la lista de prioridades de alguien enfocado en la verdadera justicia, pero cuando a los niños se les priva del acceso a libros y materiales didácticos porque estos no están escritos en lenguaje suficientemente incluyente, en mi humilde opinión eso amerita que el tema suba algunos puestos en la lista de prioridades.

En esta categoría existen temas mucho más acuciantes. En el repaso de cómo la Justicia Social™ arruinó el ateísmo, expuse la manera en la que la cultura de la cancelación es particularmente perniciosa porque las personas más afectadas siempre son los individuos más desprotegidos — personas que no tienen dinero ni fama con los cuales sobrevivir a la cancelación. Y los eventos de las últimas semanas presentan una buena oportunidad para explorar este punto en mayor profundidad.

Tras el fallido intento de asesinato a Donald Trump, algunas personas publicaron en sus redes sociales que desearían que la bala hubiera segado la vida del candidato republicano o cosas por el estilo. Una tuitera particularmente repugnante se dedicó a cazar internautas que hubieran publicado este tipo de cosas, y a contactar a sus lugares de trabajo. Una de estas personas fue Darcy Waldron Pinckney, una dependiente de Home Depot, quien terminó siendo despedida por su publicación. (El administrador de programa de Uber Eric Cartrite y el chef de Michigan Cooper Graves también encararon panoramas similares.)

domingo, 14 de julio de 2024

La posesión laica de Keir Starmer



Después de 14 desastrosos años de gobierno conservador, Reino Unido acaba de elegir por mayoría absoluta al Partido Laborista; en el sistema británico, el lider del Partido es nombrado Primer Ministro — en esta ocasión, Sir Keir Starmer, quien es ateo y rechazó hacer un juramento religioso durante su posesión al cargo:

miércoles, 3 de julio de 2024

El nuevo cristianismo político



Esta es una traducción libre del artículo The New Political Christianity, por Adam Wakeling, publicado originalmente en Quillette el 30 de junio de 2024



Si el cristianismo es falso, ningún hombre honesto querrá creer en él, por muy útil que sea; si es verdadero, todo hombre honesto querrá creer en él, aunque no le proporcione ninguna ayuda.
~ C.S. Lewis


C.S. Lewis es el apologista cristiano más conocido del siglo XX. Él dedicó décadas a producir libros, artículos, discursos y alocuciones radiofónicas que pretenden persuadir a lectores y oyentes de que el cristianismo es verdadero. Sin embargo, nunca intentó demostrar que la religión es agradable, beneficiosa o útil. De hecho, no tuvo reparos en reconocer lo contrario. "No hay medias tintas", escribe sobre el mensaje de Cristo en Mere Christianity, explicando cómo los cristianos deben entregarse por completo a la fe, sean cuales sean los retos a los que se enfrenten al hacerlo. Él sabía que la gente tenía problemas comprensibles para aceptar las afirmaciones de milagros y seres sobrenaturales, y para conciliar las incoherencias bíblicas, y que él necesitaba abordar estas objeciones de frente.

A pesar de los esfuerzos de Lewis y sus sucesores, el cristianismo ha seguido disminuyendo en Occidente. Estados Unidos es el país más cristiano del Occidente desarrollado, e incluso allí el número de estadounidenses que no profesan ninguna religión se ha duplicado en los últimos veinte años. Los apologistas cristianos han perdido en gran medida la batalla por los corazones y las mentes frente a pesos pesados del ateísmo militante como Richard Dawkins, Sam Harris y Christopher Hitchens.

Pero el cristianismo ha ganado recientemente algunos nuevos defensores. Y en contraste directo con el enfoque de C.S. Lewis, sus defensas de la religión se basan en gran medida en el argumento de que el cristianismo es socialmente útil o incluso esencial.