jueves, 16 de octubre de 2025

Peter Thiel, el profeta anti-impuestos



Recientemente hubo un matrimonio en mi familia al que asistieron muchos parientes con quienes no me veía desde hacía años. Uno de ellos, con quien comparto una cosmovisión bastante similar, me cuestionó por qué no había asistido a la misa matrimonial: “es en lo que creen los novios, y si los hace felices, ¿por qué no asistir?”. Me preguntó también si acaso dejaría de ir a una boda temática, celebrada con disfraces de Avengers o de Star Wars.

Tal vez no lo haría. Aunque la diferencia entre creer en Thor o en Yoda y creer en Jesucristo radica en algo esencial: no existe un movimiento político que busque modificar las leyes en nombre de Mjölnir, ni campañas para prohibir conductas que ofenderían a Darth Vader.

Mientras el cristianismo —o cualquier otra religión— siga intentando que las leyes de todos se adapten a sus creencias privadas, no veo motivo para tratarlo como una creencia personal, peculiar e inofensiva, en vez de reconocerlo como lo que realmente es: un movimiento político.

Y nadie ilustra mejor ese uso de la religión para hacer política que el multimillonario Peter Thiel, quien se acaba de estrenar como profeta con una serie de charlas sobre el supuesto Anticristo. Curiosamente, según él, el Anticristo será alguien que promueva regulaciones para la industria tecnológica, y le parece normal que los ricos paguen su justa porción de impuestos.

Aunque las charlas eran privadas, alguien filtró una grabación al Washington Post, que reportó lo siguiente:

sábado, 11 de octubre de 2025

MAGA y su cultura de la cancelación



Con el asesinato de Charlie Kirk, la extrema derecha estadounidense, encarnada en MAGA, el culto a la personalidad de Donald Trump, ha convertido la tragedia en una oportunidad para presentarse como víctima y, al mismo tiempo, tratar de provocar una guerra civil. Incluso con esa apretada agenda, han encontrado tiempo para censurar y cancelar a críticos. La Fiscal General Pam Bondi, por ejemplo, invocó el ya manido “discurso del odio” como excusa para amenazar a quienes cuestionan a la administración Trump. La cadena televisiva ABC retiró temporalmente el programa nocturno de Jimmy Kimmel porque el presentador no mostró la suficiente deferencia hacia Kirk; el programa fue reinstaurado solamente después de que Disney, la empresa matriz, sufrió una hemorragia de suscriptores. El programa de Stephen Colbert, por su parte, ya había sido cancelado meses antes por críticas al gobierno.

Como hemos aprendido amargamente en los últimos quince años, las principales víctimas de la cultura de la cancelación son los trabajadores. Y, dicho y hecho, en redes sociales la extrema derecha se lanzó a la cacería de cualquier persona normal que se burle o haga comentarios de mal gusto sobre Kirk o su asesinato. Ejemplos verificados incluyen:

miércoles, 8 de octubre de 2025

Bingo del día después del Fin del Mundo



Cuando digo que las religiones son cultos a la muerte, la gente cree que estoy bromeando o siendo meramente retórico, pero lo digo completamente en serio. Creer en el Más Allá y su promesa de vida eterna necesariamente hace que el Más Acá pierda su brillo. Y nada ilustra esto tan vívidamente como el júbilo que exhiben los creyentes de una secta cristiana cuando su pastor profetiza una fecha cercana para el apocalipsis, el Fin del Mundo, el Rapto, o la segunda venida de Jesucristo.

En días recientes era la fecha de una de esas profecías del Fin del Mundo. Una más para la extensa lista de fechas del fin del mundo que jamás se materializaron.

Y como este no es nuestro primer Fin del Mundo fallido, ya sabemos lo que viene: una avalancha de racionalizaciones para explicar por qué la profecía no se cumplió, siempre evitando la conclusión más obvia: que su amigo imaginario nunca existió. Los creyentes decepcionados encontrarán cualquier excusa para acomodar el incómodo hecho de seguir atrapados en este 'Valle de Lágrimas' dentro de su dogma de que el apocalipsis ocurrirá durante sus vidas.

Por eso hemos preparado un bingo para ver con cuántas excusas nos topamos esta vez — y así celebramos que el mundo sigue aquí.

Instrucciones:

domingo, 5 de octubre de 2025

Humanistas de Australia retira apoyo a gira de nuevo libro de Pinker

Ohh, aquí vamos otra vez… * pone los ojos en blanco *

Steven Pinker acaba de publicar un nuevo libro, When Everyone Knows That Everyone Knows… (Cuando todos saben que todos saben…), sobre cómo nos comportamos los humanos cuando existe un conocimiento compartido. Suena sencillo, pero, en típico estilo Pinker, seguro que el asunto se complica y acaba teniendo implicaciones inesperadas. En fin: Pinker, posiblemente el humanista vivo más reconocido, está de gira mundial para presentar su nuevo libro.

Pues bien, la sociedad humanista de Australia ha decidido retirar su apoyo a la gira, porque una de sus organizaciones miembro tiene un problema con Pinker y optó por comportarse como si todavía estuviéramos en 2010. El organizador de la gira en Australia explicó la situación en un correo a Jerry Coyne, quien lo compartió en su blog:

jueves, 2 de octubre de 2025

La violencia política y El Terror



Hace unos días, un francotirador asesinó al activista reaccionario estadounidense Charlie Kirk durante un discurso en Utah. Unas semanas antes, el político colombiano de ultraderecha Miguel Uribe falleció varios días después de haber recibido un disparo en la cabeza mientras hablaba en un evento de campaña política.

Después de ambos sucesos, los comentaristas relevantes de cada contexto se apresuraron a denunciar los hechos y expresar su rechazo a la violencia política. Bueno, algunos comentaristas, porque los aliados ideológicos más cercanos a las víctimas aprovecharon ambas ocasiones para sacar ventaja política. El humo ni siquiera había dejado de salir de las armas cuando estas personas ya estaban atribuyendo motivaciones a los asesinos y señalando posibles autores intelectuales — convenientemente, la culpa siempre recaía en “la izquierda” (o lo que en ambos países pasa por izquierda, aunque en realidad no lo sea tanto; pero esa es una discusión para otro día).

Aunque la condena inmediata de la violencia siempre es preferible a sacar provecho político de tragedias como estas, sigue siendo una respuesta profundamente inadecuada. Esta condena se convierte en un obituario extendido, el acto final de una coreografía que, aunque repudia la violencia política, termina transformándose en el desenlace de un ritual que, al final, normaliza aquello que pretende rechazar. Mientras los traficantes de rabia obtienen beneficio político de la indignación por los asesinatos y convocan marchas y manifestaciones, los comentaristas decentes simplemente intentan salvar la apariencia, asegurándose de decirle a todos que ellos son lo suficientemente respetables para condenar el acto más fácil de reprochar del mundo.

Sin embargo, la violencia política no ocurre en un vacío, no viene de otra dimensión, ni de un universo paralelo, sino que surge de un conjunto específico de circunstancias, y condenar los asesinatos sin cuestionar el ecosistema que los propició es el equivalente a un saludo a la bandera. Para casos como los que aquí nos convocan, encuentro más apropiado citar un fragmento de la novela Un yanqui en la corte del rey Arturo, de Mark Twain, donde el autor reflexiona sobre el período de Terror tras la Revolución Francesa: