Soy bastante escéptico ante la frase de cajón de que los que no aprenden de la historia están condenados a repetirla.
Ciertamente no me parece aplicable a toda la historia y me da la impresión de que en muchas de las ocasiones las personas prefieren ignorar olímpicamente la historia y se van y la repiten aún a sabiendas.
Sin embargo, no digo que no pueda pasar. De hecho no aprender de la historia, en algunos casos, sí puede llevar a que se repita. El mejor caso para ilustrar esto, es
el episodio del Caguán, uno de los elementos más oscuros y vergonzosos de nuestra de por sí oscura y vergonzosa historia colombiana.
Ahora que se cumplen 10 años de finalizado ese despropósito, no está de más tratar de, de hecho, aprender algo de la historia. Todo comenzó con la
campaña presidencial de 1998 que ganó Andrés Pastrana: