Este país me hace sentir una vergüenza infinita. En serio, la mezcla de rabia, impotencia e indignación conocen un nuevo nivel cada día.
Hoy fue, cómo no, gracias al trato que el Estado le da a las víctimas primarias del conflicto, a quienes ignora olímpicamente, después de no haberles garantizado la seguridad que por mandato constitucional le correspondía, ni de haber puesto fin a la delincuencia y el terrorismo que han azotado a estos conciudadanos. Lo menos que podían hacer era prestarles atención cuando cuentan sus experiencias pero
ni siquiera llegan a eso: