Una de las cosas que mencioné al principio de la
primera entrega de este artículo es la facilidad con la que se etiqueta de nazi (o
alt-
right, o neonazi, o de extrema derecha, o supremacista blanco, o adyacente al supremacismo blanco) a una persona por su escepticismo frente a la Justicia Social, y cómo deberíamos reservar esas etiquetas para casos en los que abunde la evidencia de que alguien suscribe de hecho esa lacra de ideologías.
Más me demore yo en traducir mi
carta a Gretchen diciendo eso, que en aparecer un
artículo acusando a los movimientos ateo y escéptico de haber virado a la extrema derecha y la alt-right, y asegurándose de mencionarme varias veces en los primeros párrafos. ¡El asesinato de mi reputación va sobre ruedas!
En esta ocasión, el autor es el profesor mexicano
Miguel Ángel Civeira González (
Maik para los amigos), autor del
blog Ego Sum Qui Sum, quien vino a rematar lo que había empezado
Daniel Galarza Santiago.
Por supuesto, las mentiras sobre mí no se hicieron esperar. Civeira abre el artículo asegurando que tras la muerte de
George Floyd yo compartí una gráfica con estadísticas sobre incidentes de crímenes violentos interraciales de 2018 en mi perfil de
Facebook, lo cual es absolutamente falso. (Civeira ni siquiera tiene acceso a mi perfil.) Quien sí le ha dado difusión a la gráfica ha sido el propio Civeira, que la reprodujo en su artículo, y además ya la había puesto en su perfil de
Twitter. Además, quienes me han leído saben que yo jamás publicaría una gráfica de ese tipo, porque para mí la
solución pasa por dejar de obsesionarse con el color de piel, y que un crimen violento está mal y es reprochable siempre, independientemente de los niveles de melanina de los involucrados.