En febrero de 2019, el gobierno colombiano anunció la creación de la segunda Misión de Sabios, un grupo de personalidades en cuyas ideas supuestamente residía la esperanza de Colombia. En ese momento critiqué la idea, porque estaba mal en muchos niveles: a la primera Misión de Sabios no se le había hecho caso y no había motivo para pensar que la segunda tendría más éxito, unos cuantos 'sabios' no pueden arreglar un país en el que la sola idea de basar las políticas públicas en la mejor evidencia disponible es tratado como un evento extraordinario, y el mesianismo ramplón de pensar que los problemas de un país los resuelven unas cuantas personalidades selectas.
En todo caso, los sabios que se prestaron para ese pan-y-circo se pusieron a lo suyo, y en diciembre de 2019 recogieron sus propuestas en el libro Colombia hacia una sociedad del conocimiento. El libro fue presentado durante la firma del decreto en la que el botín burocrático que era Colciencias fue elevado de Departamento Administrativo a la categoría de Ministerio — la primera Ministra de Ciencia fue la charlatana Mabel Torres, quien se había inventado un batido que sin haber superado ningún ensayo clínico, era promocionado como una cura del cáncer.
Pues, para sorpresa de nadie, y según reporta La Silla Vacía, las recomendaciones de la segunda Misión de Sabios, ya completaron su primer año de recoger polvo sin que en el Ministerio se dignen a mirarlas: