En febrero de 2019, el gobierno colombiano anunció la creación de la segunda Misión de Sabios, un grupo de personalidades en cuyas ideas supuestamente residía la esperanza de Colombia. En ese momento critiqué la idea, porque estaba mal en muchos niveles: a la primera Misión de Sabios no se le había hecho caso y no había motivo para pensar que la segunda tendría más éxito, unos cuantos 'sabios' no pueden arreglar un país en el que la sola idea de basar las políticas públicas en la mejor evidencia disponible es tratado como un evento extraordinario, y el mesianismo ramplón de pensar que los problemas de un país los resuelven unas cuantas personalidades selectas.
En todo caso, los sabios que se prestaron para ese pan-y-circo se pusieron a lo suyo, y en diciembre de 2019 recogieron sus propuestas en el libro Colombia hacia una sociedad del conocimiento. El libro fue presentado durante la firma del decreto en la que el botín burocrático que era Colciencias fue elevado de Departamento Administrativo a la categoría de Ministerio — la primera Ministra de Ciencia fue la charlatana Mabel Torres, quien se había inventado un batido que sin haber superado ningún ensayo clínico, era promocionado como una cura del cáncer.
Pues, para sorpresa de nadie, y según reporta La Silla Vacía, las recomendaciones de la segunda Misión de Sabios, ya completaron su primer año de recoger polvo sin que en el Ministerio se dignen a mirarlas:
[V]arios de sus miembros comparten dudas sobre qué tanto [el Ministerio] está teniendo en cuenta sus recomendaciones, especialmente por el borrador de un documento Conpes de ciencia que publicó el Ministerio en septiembre y que establecerá formalmente la política de Ciencia, Tecnología e Innovación para los próximos diez años. Está desalineada con lo que plantearon los sabiosA mí me da entre vergüenza ajena y pesar que un 'sabio' se haya prestado para ganarle puntos de popularidad al gobierno y que sinceramente creyera que en Colombia le iban a hacer caso a sus recomnedaciones. Amigos, ¡dénse cuenta!
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Moisés Wasserman, bioquímico, ex rector de la Universidad Nacional y ex miembro de la Misión, cree que la apuesta financiera del Gobierno no tiene la ambición que se necesita, y que está en el informe.
Esto es evidente en el borrador del Conpes, que no define el presupuesto para los próximos años ni explica cómo va a diversificar las fuentes de financiación, una de las propuestas de la Misión para lograr el salto en inversión.
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Otra de las críticas de los miembros de la Misión al borrador de Conpes es que no hay propuestas de fondo como las que recomendaron.
En él, MinCiencias propone 19 acciones para cumplir con su objetivo (desde incrementar la vocación científica en niños y jóvenes hasta lograr más transferencia de conocimiento al sector privado, pasando por mejorar la comunicación pública de la ciencia y la gobernanza del sistema nacional de ciencia).
Pero para Silvia Restrepo, vicerrectora de Investigación y Creación de la Universidad de los Andes y ex miembro de la Misión, lo que propone son acciones que cierran brechas del pasado pero que no responden a una estrategia a largo plazo.
“Los objetivos tienen que venir de un plan más ambicioso y eso fue lo que se dejó en el documento de la Misión”, argumenta.
En el artículo en el que cubrí el nombramiento de Torres como Ministra de Ciencia, mencionaba que ya no trato de cubrir tantos temas de Colombia porque al fin y al cabo ya sabemos que terminarán ganando las fuerzas de la anticiencia, la ignorancia, la superstición y el chovinismo. Bueno, pues quod erat demostrandum!
(imagen: Vicepresidencia de la República)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio | Apóyanos en Patreon
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