No sé por qué a nadie más le parece preocupante que se estén destinando recursos del Estado para promover la religión en el cuerpo de la policía. No sólo es una violación flagrante de la Constitución sino una receta para el desastre.
¿De cuándo a acá es buena idea que renuncie a las facultades críticas una persona que carga un arma, a diario pasa más tiempo con criminales que lo sanamente aconsejable y está sometida a extenuantes jornadas -todo eso aunado al desprecio y la desconfianza que su oficio despierta en la población que se supone que tiene que proteger-? Pues siendo esto Banana Republic, no es raro que la Policía tenga un centro religioso:
¿De cuándo a acá es buena idea que renuncie a las facultades críticas una persona que carga un arma, a diario pasa más tiempo con criminales que lo sanamente aconsejable y está sometida a extenuantes jornadas -todo eso aunado al desprecio y la desconfianza que su oficio despierta en la población que se supone que tiene que proteger-? Pues siendo esto Banana Republic, no es raro que la Policía tenga un centro religioso: