En pleno siglo 21 resulta completamente incomprensible que haya padres que desechan lo que la ciencia puede hacer por la salud de sus familias y prefieren tratamientos 'alternativos'. Y por alternativos quiero decir que no son tratamientos, y que por tanto son inefectivos y mortales.
Esta dura realidad la vino a descubrir Zachery Swezey, quien murió mientras sus papás lo observaban sin hacer absolutamente nada:
Esta dura realidad la vino a descubrir Zachery Swezey, quien murió mientras sus papás lo observaban sin hacer absolutamente nada: