El Vaticano ha vuelto a repasar sus libros sobre el arte de la guerra y en busca de aliados, se acercó a los islámicos pidiéndoles hacer causa común contra el avance de la Ciencia y de la Razón que los humanistas seculares nos hemos esforzado por rescatar del olvido y de la inopia propia del fundamentalismo.
Esta es una carta que el cardenal Tauran le envió a las comunidades musulmanas a finales de agosto:
Supongo que he de agradecer a Tauran que me ahorre trabajo, ya que mis críticas pueden ir dirigidas a ambas supersticiones al tiempo, sin tener que repetirme.
Pasando al análisis:
Sobre lo de "los frutos espirituales deseados" me gustaría anotar que ambas supersticiones detestan el cuerpo y prefieren ese ente inexistente que llaman alma y que por consiguiente para ellos tiene sentido toda esa cantidad de sacrificios, ayunos y demás estupideces con las que promueven que no se satisfagan las necesidades fisiológicas. Porque de alguna manera consideran que hacer sufrir y aguantar al cuerpo les gana puntos espiritualmente.
Una cosa que no deja de asombrarme es que les desean que se les cumplan esos frutos espirituales, lo que básicamente viene a ser que no están muy lejos de aceptar la existencia de Alá, la competencia directa y más exacta de su misógino y genocida amigo imaginario.
Encuentro tétrico que estos nada ejemplares seres humanos invoquen lo que ellos llaman "valores humanos". Creer que la Tierra fue hecha en seis días y que dios existe no son valores. Son, simplemente, estupideces. Los valores son cómo elegimos tratar a las demás personas: equidad, amabilidad, tolerancia, generosidad, honestidad, coraje... esos son valores.
Estos tipos tampoco están en mucha posición de hablar sobre "dignidad humana", ni de "derechos y obligaciones". Esos son eufemismos para meter sus narices en la vida sexual de los demás: violar niños y oponerse a las parejas de homosexuales que se aman y a que las mujeres elijan tener relaciones sexuales casuales sin que haya ningún matrimonio de por medio.
Mucho menos es tranquilizador leer sobre su ideal de "transmisión de esos valores humanos y morales a las generaciones más jóvenes", lo que no es otra cosa que el adoctrinamiento.
Y es que básicamente a eso es a lo que se refieren con libertad y con discriminación: sienten que pierden libertad cada vez que la sociedad da un paso más hacia una comunidad igualitaria que proteja los derechos de los homosexuales, que inicie pesquisas penales contra los violadores de sus filas y se sienten discriminados cuando la sociedad quiere enseñar hechos en vez de estúpidos cuentos de hadas escritos por machistas pastores de ovejas hace no sé cuántos siglos.
Definitivamente lo que se pone acá de manifiesto es la verdadera cara del ecumenismo: la búsqueda de la preservación de los privilegios religiosos a costa de los avances y las conquistas sociales e individuales.
(visto en: Atheist Revolution)
Esta es una carta que el cardenal Tauran le envió a las comunidades musulmanas a finales de agosto:
Queridos amigos musulmanes,
1. El final del mes del Ramadán ofrece al Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso una buena ocasión para enviarles nuestros deseos más cordiales, con la esperanza de que los esfuerzos que tan generosamente han hecho durante este mes traerán todos los frutos espirituales deseados.
2. Este año, hemos pensado en dar prioridad al tema de la dimensión espiritual de la persona humana. Se trata de una realidad que los cristianos y los musulmanes consideran que es de suma importancia, ya que estamos frente a los desafíos del materialismo y la secularización. La relación que cada persona humana tiene con lo trascendente no es un momento de la historia, sino que es parte de la naturaleza humana. No creemos en el destino; estamos convencidos -además, es nuestra experiencia- de que ¡Dios nos guía en nuestro camino!
3. Cristianos y musulmanes, más allá de sus diferencias, reconocen la dignidad de la persona humana dotada de derechos y obligaciones. Ellos piensan que la inteligencia y la libertad son en realidad los regalos que deben impulsar los creyentes a reconocer los valores que se comparten porque se basan en la misma naturaleza humana.
4. Esta es la razón por la que la transmisión de esos valores humanos y morales a las generaciones más jóvenes constituye una preocupación común. Es nuestro deber ayudarles a descubrir que existen el bien y el mal, que la conciencia es un santuario para ser respetado, y que el cultivo de la dimensión espiritual nos hace más responsables, más solidarios, más disponibles para el bien común.
5. Cristianos y musulmanes son muy a menudo testigos de la violación de lo sagrado, de la desconfianza de de la cual aquellos que se llaman creyentes son blanco. No podemos dejar de denunciar todas las formas de fanatismo e intimidación, los prejuicios y las polémicas, así como la discriminación de la que, a veces, los creyentes son el objeto, tanto en la vida social y política, así como en los medios de comunicación.
6. Estamos espiritualmente muy cerca de ustedes, queridos amigos, pidiendo a Dios que les dé un renovado dinamismo espiritual y les enviamos nuestros mejores deseos de paz y felicidad.
Cardenal Jean-Louis Tauran
Presidente
Arzobispo Pier Luigi Celata
Secretario
Supongo que he de agradecer a Tauran que me ahorre trabajo, ya que mis críticas pueden ir dirigidas a ambas supersticiones al tiempo, sin tener que repetirme.
Pasando al análisis:
Sobre lo de "los frutos espirituales deseados" me gustaría anotar que ambas supersticiones detestan el cuerpo y prefieren ese ente inexistente que llaman alma y que por consiguiente para ellos tiene sentido toda esa cantidad de sacrificios, ayunos y demás estupideces con las que promueven que no se satisfagan las necesidades fisiológicas. Porque de alguna manera consideran que hacer sufrir y aguantar al cuerpo les gana puntos espiritualmente.
Una cosa que no deja de asombrarme es que les desean que se les cumplan esos frutos espirituales, lo que básicamente viene a ser que no están muy lejos de aceptar la existencia de Alá, la competencia directa y más exacta de su misógino y genocida amigo imaginario.
Encuentro tétrico que estos nada ejemplares seres humanos invoquen lo que ellos llaman "valores humanos". Creer que la Tierra fue hecha en seis días y que dios existe no son valores. Son, simplemente, estupideces. Los valores son cómo elegimos tratar a las demás personas: equidad, amabilidad, tolerancia, generosidad, honestidad, coraje... esos son valores.
Estos tipos tampoco están en mucha posición de hablar sobre "dignidad humana", ni de "derechos y obligaciones". Esos son eufemismos para meter sus narices en la vida sexual de los demás: violar niños y oponerse a las parejas de homosexuales que se aman y a que las mujeres elijan tener relaciones sexuales casuales sin que haya ningún matrimonio de por medio.
Mucho menos es tranquilizador leer sobre su ideal de "transmisión de esos valores humanos y morales a las generaciones más jóvenes", lo que no es otra cosa que el adoctrinamiento.
Y es que básicamente a eso es a lo que se refieren con libertad y con discriminación: sienten que pierden libertad cada vez que la sociedad da un paso más hacia una comunidad igualitaria que proteja los derechos de los homosexuales, que inicie pesquisas penales contra los violadores de sus filas y se sienten discriminados cuando la sociedad quiere enseñar hechos en vez de estúpidos cuentos de hadas escritos por machistas pastores de ovejas hace no sé cuántos siglos.
Definitivamente lo que se pone acá de manifiesto es la verdadera cara del ecumenismo: la búsqueda de la preservación de los privilegios religiosos a costa de los avances y las conquistas sociales e individuales.
(visto en: Atheist Revolution)
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