En un apasionado llamado de atención a la nueva izquierda, que parece haber caído en un maniqueísmo en el que o se apoya acríticamente a los dictadores de izquierda o se apoya acríticamente todas las acciones del gobierno de EEUU, Ibeth Rivero termina haciendo una defensa de las propiedades intelectuales de las personas según ellas mismas y no el lugar donde nacieron (algo que la comunidad escéptica angloparlante debería tener más en cuenta).
En fin, que la parte que más me ha gustado fue:
En fin, que la parte que más me ha gustado fue: