Este país va mal. Siempre. Es su statu quo. Es su estado natural, por eso es Colombia, Banana Republic.
Y de entre todas las cosas que van mal, una de las que encuentro particularmente irritante es que a los colombianos les gusta sentir orgullo por cosas que en cualquier otra parte del mundo no causarían sino vergüenza y renuncias. Aquí, es una especie de mantra verle el lado positivo a todo. ¿Recuerdan el chamán charlatán que fue contratado para el Festival de Teatro y para la posesión de Santos con la promesa de que iba a alejar la lluvia, cuando no pudo evitar ni la inundación de su propia casa?
Pues bien, que este episodio de folclor colombiano haya ocupado los medios de comunicación durante toda la semana es algo que el presidente Juan Manuel Santos encuentra como un indicador de que el país va bien:
En serio, un comentario así sólo me lo esperaba de George Bush (Jr.).
¿Acaso Santos es presidente de Colombia o de Narnia? Porque no sé, el hecho de creer que renunciar a la Ciencia y la tecnología para abrazar supersticiosas "explicaciones" que no tienen ningún tipo de evidencia científica a su favor no puede ser un buen indicador de ningún país. Excepto, tal vez, si nos encontráramos en el País de Nunca Jamás... que hasta donde sé, no es el caso.
Y que haya personas defendiendo la charlatanería y que los medios de comunicación aprovechen la ocasión para sacar a relucir el pensamiento ilusorio de una sociedad atrasada, pre-moderna, feudal y anticientífica ciertamente no es lo que yo calificaría como un "indicador de que el país va bien".
El país va mal: no-sé-cuántos enajenados mentales están peregrinando en este momento hacia Cali para postrarse ante la sangre de un protector de pederastas, amigo de Pinochet y enemigo declarado de los derechos de las mujeres, para que les solucione sus problemas; la guerrilla sigue existiendo, también los paramilitares; todos los días algún funcionario público viola la Constitución promoviendo una religión (casi siempre la cristiana-católica); la farcopolítica no avanza; el Procurador anda suelto; investigan a los de la administración Moreno que contrataron con los Nule, pero no a los de la administración Uribe, y a Santos le parece que algo tan pintoresco, trivial y estúpido como unas discusiones bizantinas, en la televisión nacional, sobre si algo que no tiene el menor indicio de que funcione, funciona, demostrando una renuncia absoluta y soberbia a las facultades críticas y el pensamiento racional en todo el territorio nacional es que "el país va bien".
¡No tiene la menor idea de lo que habla!
(visto en Frases Inmarcesibles de Colombianos)
Y de entre todas las cosas que van mal, una de las que encuentro particularmente irritante es que a los colombianos les gusta sentir orgullo por cosas que en cualquier otra parte del mundo no causarían sino vergüenza y renuncias. Aquí, es una especie de mantra verle el lado positivo a todo. ¿Recuerdan el chamán charlatán que fue contratado para el Festival de Teatro y para la posesión de Santos con la promesa de que iba a alejar la lluvia, cuando no pudo evitar ni la inundación de su propia casa?
Pues bien, que este episodio de folclor colombiano haya ocupado los medios de comunicación durante toda la semana es algo que el presidente Juan Manuel Santos encuentra como un indicador de que el país va bien:
Pero otro indicador muy diciente de por qué el país va bien, es que llevamos una semana en los medios de comunicación discutiendo, debatiendo —muchos se desgarran las vestiduras— si los chamanes hacen llover o no.
Eso es un síntoma de que el país va bien. Si esa es la noticia, toda la semana los medios de comunicación dedicados a los chamanes, es porque el país va por buen camino.
En serio, un comentario así sólo me lo esperaba de George Bush (Jr.).
¿Acaso Santos es presidente de Colombia o de Narnia? Porque no sé, el hecho de creer que renunciar a la Ciencia y la tecnología para abrazar supersticiosas "explicaciones" que no tienen ningún tipo de evidencia científica a su favor no puede ser un buen indicador de ningún país. Excepto, tal vez, si nos encontráramos en el País de Nunca Jamás... que hasta donde sé, no es el caso.
Y que haya personas defendiendo la charlatanería y que los medios de comunicación aprovechen la ocasión para sacar a relucir el pensamiento ilusorio de una sociedad atrasada, pre-moderna, feudal y anticientífica ciertamente no es lo que yo calificaría como un "indicador de que el país va bien".
El país va mal: no-sé-cuántos enajenados mentales están peregrinando en este momento hacia Cali para postrarse ante la sangre de un protector de pederastas, amigo de Pinochet y enemigo declarado de los derechos de las mujeres, para que les solucione sus problemas; la guerrilla sigue existiendo, también los paramilitares; todos los días algún funcionario público viola la Constitución promoviendo una religión (casi siempre la cristiana-católica); la farcopolítica no avanza; el Procurador anda suelto; investigan a los de la administración Moreno que contrataron con los Nule, pero no a los de la administración Uribe, y a Santos le parece que algo tan pintoresco, trivial y estúpido como unas discusiones bizantinas, en la televisión nacional, sobre si algo que no tiene el menor indicio de que funcione, funciona, demostrando una renuncia absoluta y soberbia a las facultades críticas y el pensamiento racional en todo el territorio nacional es que "el país va bien".
¡No tiene la menor idea de lo que habla!
(visto en Frases Inmarcesibles de Colombianos)
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